Economía -

Crisis en Fagor

El drama de los trabajadores de Fagor Electrodomésticos

Los socios cooperativistas se enfrentan no solo al desasosiego de perder el empleo, sino también al de ver evarporados los ahorros de toda una vida.

Redacción

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El posible cierre de Fagor Electrodomésticos afectará a 1.800 empleos directos en Euskadi, aunque en total podrían destruirse hasta 4.000 contando los indirectos, según advierte el Consejo Social de la compañía.

Entre los trabajadores de Fagor Electrodomésticos la "tristeza", "impotencia" y la "falta de esperanza" son los sentimientos que predominan, según los testimonios recabados por EiTB.

Los trabajadores denuncian que no han sido debidamente informados sobre la situación. "No nos han dicho nada, aquí todos se esconden, son unos sinvergüenzas", según declara un operario ante los micrófonos de ETB, quien asimismo lamenta que "nos deben cuatro meses de trabajar en un taller de calderería".

En el mismo sentido, un grupo de trabajadoras asevera que "igual no podían contarnos toda la verdad, pero algo más sí".

Pero el drama va más allá, ya que Fagor Electrodomésticos retiene 45 millones en aportaciones voluntarias y 42 en préstamos de capital social que debería devolver a los socios de la cooperativa que los reclamen, según los datos de la asociación de afectados Ordaindu.

De esta manera, los socios se enfrentan, por una parte, al desasosiego de perder el empleo, pero también al de ver evaporados los ahorros de toda una vida y, en muchos casos, de toda la familia.

Al ser copropietarios de la compañía, los socios cooperativistas serían los últimos en cobrar con el concurso de acreedores, siempre y cuando quede algo por cobrar.

"Es un mazazo, quien nos ha dejado caer no nos ha apoyado", sentencia otro trabajador.

Las posibles salidas

En este contexto, desde Mondragón insisten en que su máximo esfuerzo es ahora mismo no dejar a nadie tirado, y ha anunciado un plan inminente de prejubilaciones y recolocación de cooperativistas.

Expertos consultados por Radio Euskadi hablan de algunas posibles salidas, informa Pedro García Larragan.

En ese sentido, el proceso concursal permite dos cosas: una, que Fagor Electrodomésticos convenza a sus acreedores de mantener la producción de las áreas rentables para no cesar toda su actividad e ir pagando poco a poco lo que debe, y otra, vender esas áreas viables a terceros, también a cooperativistas dispuestos a hacerse cargo de esa parte del negocio.

Es ahí donde Mondragón se muestro dispuesto a estudiar todo tipo de fórmulas y colaboración con Fagor Electrodomésticos con el fin de salvaguardar toda la cantidad de empleo posible.

En todo caso, los expertos reconocen que la mayoría de las empresas que entra en concurso acaban desapareciendo, si bien Fagor Electrodomésticos contaría con una baza a su favor: su tamaño. Solo las grandes empresas tienen capacidad para arrancar un acuerdo a sus acreedores ante la amenaza de lo que supondría su caída. Y es algo que en el Estado español ya ha ocurrido con grandes constructoras. El proceso, en todo caso, será largo.

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