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Aung San Suu Kyi: Luchando por la democracia en Birmania

La activista y Nobel de la Paz birmana está más cerca de cumplir su sueño de democracia. Las elecciones de este domingo la acercan al Parlamento tras toda una vida de lucha política contra el régimen.

Aung San Suu Kyi se encuentra más cerca de su sueño de democracia en Birmania. Foto: EFE
Aung San Suu Kyi se encuentra más cerca de su sueño de democracia en Birmania. Foto: EFE
Aung San Suu Kyi se encuentra más cerca de su sueño de democracia en Birmania. Foto: EFE

Redacción

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Tras sufrir arresto domiciliario la mayor parte de los últimos 25 años por combatir la dictadura en Birmania (Myanmar), el sueño de la Nobel de la paz Aung San Suu Kyi de ver a los birmanos convivir en democracia empieza a cobrar forma. Suu Kyi, una ferviente admiradora del pacifismo de Mahatma Ghandi y budista devota, fue la piedra en el zapato del régimen castrense durante años.

Suu Kyi nació el 19 de junio de 1945 y cuando tenía dos años su padre fue asesinado mientras trabajaba por la independencia de Birmania. En 1964, llegó a la ciudad británica de Oxford para cursar estudios universitarios de Filosofía, Economía y Política, y allí conoció al profesor Michael Aris, con quien se casó ocho años más tarde y tuvo a sus hijos Alexander (1973) y Kim (1977).

Durante su estancia en Oxford, Suu Kyi empezó a trabajar en la biografía de su padre y luego en un libro sobre Birmania en el que, según los críticos, omitió los aspectos más controvertidos del férreo régimen que impuso el general Ne Win tras el golpe militar de 1962. Fueron años que transcurrieron a caballo entre el Reino Unido y viajes al extranjero, como Bután y Japón, hasta que su madre sufrió una embolia en 1988 y regresó a la casa familiar de Rangún para cuidarla los pocos meses que la quedaban de vida.

Birmania convulsa El país atravesaba en aquellos momentos un creciente descontento popular alimentado por el desastre económico fruto de 26 años de políticas socialista del general Ne Win.

El malestar desembocó en manifestaciones multitudinarias y unas 3.000 personas, la mayoría estudiantes, murieron en las calles de Rangún aquel verano en las cargas del Ejército para sofocar las protestas. El general Saw Maung reemplazó al veterano dictador y apaciguó el clamor popular con promesas de elecciones y otras reformas que luego incumplió.

Arresto domiciliario

Suu Kyi sufrió su primer arresto domiciliario en 1989 y frustró su participación en los comicios que se celebraron el año siguiente y que ganó su partido, la Liga Nacional para la Democracia, aunque el resultado nunca obtuvo el reconocimiento oficial.

Sin teléfono ni internet y con las visitas controladas, la opositora aprovechó los años de confinamiento (1989-1995, 2000-2002 y 2003-2010) para estudiar, tocar el piano y mejorar el francés y japonés, al tiempo que mantenía viva la llama de la democracia en Birmania.

Hasta que la situación en Birmania empezó a cambiar cuando la Junta Militar se disolvió en 2011, después de traspasar el poder a un gobierno civil afín que ha iniciado un programa de reformas de tinte democrático que ha recibido los parabienes de la comunidad internacional.

Suu Kyi recobró en libertad en noviembre de 2010 y desde entonces ha podido recibir a su hijo Kim, viajar por el país, hablar en foros internacionales por Internet y reconstruir el movimiento democrático.

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