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Capilla ardiente en Pretoria

Miles de sudafricanos se agolpan para dar su último adiós a Mandela

Famosos y líderes autoridades han visitado la capilla, que permanecerá abierta hasta el viernes.

Winnie Mandela y Jacob Zuma han encabezado el cortejo fúnebre. EFE
Winnie Mandela y Jacob Zuma
Miles de ciudadanos acuden a la capilla ardiente de Nelson Mandela

1:26

Redacción

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Miles de personas esperan para poder acceder a la capilla ardiente del expresidente y premio Nobel de la Paz Nelson Mandela en  el anfiteatro que lleva su nombre en el complejo gubernamental Union  Buildings, en Pretoria.

Varios líderes internacionales y famosos de todos los ámbitos se  han sumado a las decenas de miles de sudafricanos que se han acercado a Union Buildings para despedirse de 'Madiba' en el mismo lugar en el  que tomó posesión como el primer presidente negro de Sudáfrica en  1994. Algunos de los sudafricanos han llegado con sus hijos en brazos  o a la espalda.

Entre los asistentes a la capilla ardiente instalada en el anfiteatro Mandela figuran famosos como el cantante Bono y la modelo Naomi Cambell y líderes y exmandatarios como el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, y el expresidente sudafricano Frederik de Klerk, el último mandatario del régimen del 'apartheid', que ganó con Mandela el premio Nobel de la Paz en 1993. La capilla ardiente estará abierta hasta el viernes.

Las viudas de Mandela, entre lágrimas

Cubierto con la bandera nacional sudafricana, el féretro ha sido recibido a su llegada por una guardia de honor compuesta por militares de los tres ejércitos. El ataúd ha llegado hasta el complejo gubernamental a bordo de un furgón negro desde el Hospital Militar número 1 que ha avanzado en procesión por las calles de Pretoria escoltado por una decena de agentes de Policía en motocicletas. Miles de sudafricanos se han apostado a ambos lados de la ruta del convoy fúnebre para poder ver el féretro y despedirse, algunos de ellos lanzando flores a la caravana.

El semblante de los asistentes a la capilla ardiente difiere de la alegría mostrada el martes por los miles de sudafricanos que acudieron al estadio Soccer City de Johannesburgo al funeral de Mandela, marcado por la intensa lluvia, los abucheos al presidente actual, Jacob Zuma, y el histórico saludo entre los mandatarios de Estados Unidos y Cuba, Barack Obama y Raúl Castro, que se dieron la mano e intercambiaron unas palabras.

El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, acompañado de Graça Machel, viuda de Mandela, y de su segunda esposa Winnie Mandela, han llegado a primera hora a la capilla ardiente, acompañados por una larga comitiva de luto.

Graça Machel, llorando desconsolada y de negro absoluto, ha subido las escaleras de la sede gubernamental cogida al brazo de Zuma. Algunos pasos por detrás, también llorando, Winnie Mandela subía cabizbaja la escalinata, acompañada por una extensa comitiva, en la que también se ha visto a las hijas de Mandela. Los familiares y mandatarios han visitado la capilla ardiente desde una hora antes de que se abra al público, que podrá despedirse del expresidente hasta las cinco de la tarde del próximo viernes.

Previamente, el cortejo fúnebre con los restos mortales de Mandela ha recorrido varios puntos de Pretoria en presencia de cientos de ciudadanos que han salido a las calles para despedirse del exmandatario.

Un funeral histórico

Ayer, el mundo despidió a Mandela en un multitudinario oficio religioso celebrado en el estadio FNB de Soweto, donde Mandela dio un discurso histórico en 1990, recién salido de la cárcel, y en el que se disputó en 2010 la final del Mundial de Fútbol. 100 jefes de Estado o Gobierno y miles de ciudadanos asistieron al funeral, uno de los más multitudinarios de la Historia.

El servicio religioso oficial arrancó a las 11:58 hora local (10:58 hora peninsular) y terminó cuatro horas después. La ceremonia, a la que asistieron un centenar de jefes de Estado, se inició con el himno nacional de Sudáfrica cantado por el gigantesco coro popular que agita las gradas, que no se llenaron por la intensa lluvia que cayó en la ciudad, además de por la falta de transporte público y la lejanía del estadio.

El acto comenzó con una hora de retraso por la lenta llegada de los mandatarios al estadio, algunos de los cuales han recibido un ensordecedor abucheo, como el propio presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, a quien silbaron cada vez que aparecía por uno de los monitores gigantes del estadio.

Obama fue de los últimos mandatarios en llegar al servicio religioso, casi una hora después de que hubiera comenzado. Fueron recibidos con aplausos el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon y el presidente cubano, Raúl Castro. Precisamente, en un gesto sin precedentes, el presidente de EE. UU., Barack Obama, y el de Cuba, Raúl Castro, se dieron la mano cuando el primero se dirigía hacia el estrado.

Otro momento histórico tuvo lugar cuando la viuda de Nelson Mandela, Graça Machel, llegó visiblemente emocionada al estadio FNB, arropada por un grupo de mujeres, todas ataviadas en tonos oscuros. Igualmente commovida, Winnie Mandela, se fundió en un afectuoso abrazo con Machel a su llegada a la ceremonia. Anteriormente, se personaron los sobrinos del premio Nobel de la Paz, quienes fueron los primeros en tomar la palabra.

El oficio religioso se ha iniciado con una oración "interreligiosa", de diferentes credos, tal y como dejó escrito en sus últimos deseos el expresidente de Sudáfrica.

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