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Documentación
Iparretarrak, desenlace sin punto final
La organización político-militar de Iparralde (1973-2000) desapareció sin ningún comunicado, rueda de prensa o vídeo que anunciara su final. El grupo realizó su último ataque en el año 2000.
Andoni Lizeaga - Erredakzioa
Iparretarrak, IK, fue la principal organización político-militar de Iparralde desde los años 70 hasta el fin de los 90, y entre sus principales reivindicaciones estuvieron la autonomía y la oficialidad del euskera. Tres décadas después de comenzar su actividad armada, Iparretarrak anunció, coincidiendo en el tiempo con ETA, el cese de sus ataques, impulsada en gran medida por la firma del acuerdo de Lizarra-Garazi. Después, hubo algunos ataques aislados, pero desde hace diez años nadie ha reivindicado ninguna acción en nombre de IK.
Muchos analistas han situado el fin de IK precisamente en aquel acuerdo de Lizarra-Garazi. Tras aquella firma, ETA anunció un alto al fuego e Iparretarrak un periodo de reflexión para ver cómo evolucionaban las cosas. Dos años más tarde, en 2000, hubo cuatro ataques aislados en nombre de IK, y en 2003 realizaron en el cementerio de Carbon-Blanc una acción encaminada a esclarecer la desaparición del militante de la organización Jean Lous Larre. En el caso de IK, no ha habido ningún comunicado, video o rueda de prensa anunciando su final. En opinión del histórico miembro de IK Gabi Mouesca, la falta de relevo generacional pudo provocar el fin de IK, que fue "consensuado" por sus militantes.
Gabi Mouesca fue uno de militantes más conocidos de IK, entre otras acciones, por su espectacular fuga de la prisión de Pau, para la que contó con la ayuda de numerosos compañeros de la organización, y apostilla que, además de dicha falta de reemplazo, hubo confianza por parte de los responsables de IK en que Paris cambiaría sus políticas.
Ttote Etxebeste, militante de esta organización que perdió la movilidad de las piernas cuando fue tiroteado en una operación policial en Bokale, también cree que el verdadero fin de IK provino de Lizarra-Garazi y la esperanza de un nuevo tiempo político.
IK y ETA
Las relaciones entre IK y ETA fueron agridulces; dulces al principio, cuando se apoyaba a los refugiados, y agrias cuando ETA vio a IK como un problema. Además, es sabido que poco o nada tuvieron que ver la una con la otra, ni en cuanto a su filosofía, ni en los métodos, ni en los medios...
Conflictos laborales, problemas derivados de la explotación turística y la vivienda, la situación del euskera, la reivindicación de autonomía para Iparralde... eran los focos a los que miraba IK.
Para IK, la actividad armada ere complementaria al trabajo político; pasaron muchos años hasta que aceptaron la utilización de explosivos y se han imputado nueve muertes y una desaparición a la actividad de IK; dos policías muertos en sendos tiroteos y otros dos muertos en Baigorri, aunque Iparretarrak siempre ha desmentido su participación en estos últimos crímenes. Además, cinco militantes del grupo murieron en sus 27 años de actividad, y no hay noticias de uno de ellos, Jean Louis Larre, desde que desapareció tras escapar de una operación policial.