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El caso Bettencourt: de escándalo familiar a fraude político

El escándalo de grabaciones, revelaciones y filtraciones de la tercera fortuna de Francia se convirtió en un posible caso de financiación ilegal que salpicó al expresidente Sarkozy.

La propietaria de L'Oreal Liliane Bettencourt. Foto: EFE
La propietaria de L'Oreal Liliane Bettencourt. Foto: EFE
La propietaria de L'Oreal Liliane Bettencourt. Foto: EFE

Redacción

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El escándalo Bettencourt vió la luz en el verano de 2010, después de que el mayordomo de la tercera fortuna de Francia, la anciana Liliane Bettencourt, entregara 21 horas de conversaciones grabadas en el salón de la entonces octogenaria propietaria de la casa L'Oreal. El mayordomo, Pascal Bonnefoy, actuó bajo las directrices la única hija de Bettencourt, que fue quien las entregó a la Policía para probar la influencia que el fotógrafo François-Marie Banier y otras personas de su entorno ejercían sobre su madre.

En octubre de 2011, el juez aceptó los informes médicos que indicaban que la millonaria Alzheimer en un estado avanzado y el patrimonio de Bettencourt (17.000 millones de euros, el 30% de las acciones del grupo L'Oreal y los derechos de voto en el consejo de administración) fueron puestos bajo la tutela de su hija y sus dos nietos.

La inhabilitación de Bettencourt puso fin a una larga disputa familiar con grabaciones, revelaciones y filtraciones, pero desembocó en un escándalo político-financiero. Las grabaciones revelaron la existencia de cuentas secretas en Suiza, un posible caso de conflicto de intereses y, el mayor escándalo, la financiación ilícita de la campaña presidencial del partido Unión por un Movimiento Popular, que llevó a Nicolas Sarkozy a la presidencia de Francia en 2007.

Un mes después de la inhabilitación de Bettencourt, el entonces ministro de Trabajo y Hacienda Eric Woerth fue la primera víctima política del caso. Woerth, que era uno de los hombres más cercanos a Sarkozy, tuvo que dejar el cargo y tres meses más tarde el mismo juez de Burdeos que ahora ha ordenado el registro del domicilio de Sarkozy imputó al exministro por tráfico de influencias. De hecho, Sarkozy está siendo investigado por supuestamente haber recibiedo150.000 euros para su campaña a través de Woerth, que habría recibido dinero en efectivo de la millonaria.

A las 21 horas de grabaciones se suma el testimonio de Claire Thibout, la contable que trabajaba para los Bettencourt en aquella época, que ha declarado que fue el gestor de la fortuna de Bettencourt el que entregó el dinero a Woerth. Otros testimonios recogidos en la fase de instrucción hablan de visitas del propio Sarkozy al palacete de los Bettencourt en Neuilly, una ciudad limítrofe con París con una de las mayores rentas per cápita del país y de la que el expresidente fue alcalde.

Ahora, dos meses después de que Nicolas Sarkozy perdiera las elecciones presidenciales frente al ahora presidente, François Hollande, el juez Jean-Michel Gentil ha ordenado que se registren su casa particular, su despacho y el de sus abogados.

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