Sociedad -

Jóvenes y alcohol

El 5% de los jóvenes consumen alcohol adulterado

Esta práctica va en aumento debido a la crisis, según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid

El botellón es una práctica habitual entre los jóvenes. Foto: EiTB
El botellón es una práctica habitual entre los jóvenes. Foto: EiTB
El botellón es una práctica habitual entre los jóvenes. Foto: EiTB

Redacción

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Un 5% de los jóvenes consume alcohol irregular, con altas probabilidades de que esté adulterado, una práctica que va en aumento debido a la crisis, según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid.

Los jóvenes adquieren el alcohol en puntos de venta irregular (tiendas de chinos, de "todo a cien" o en puestos callejeros), pero también perciben que lo consumen en locales de ocio, donde se les suministra "garrafón", ha explicado Ubaldo Cuesta, director de la Cátedra de Comunicación y Salud de la Facultad de Ciencias de la Información y autor del trabajo.

El profesor Cuesta ha advertido de que se está implantando cada vez más la compra en la calle debido a la crisis, que también está propiciando que se extienda la filosofía del "carpe diem": "vivir el día a día". Aunque ha señalado que un 5% de consumo irregular entre los jóvenes puede parecer un porcentaje bajo, este catedrático ha alertado de "los datos apuntan hacia un repunte". "La crisis incrementa el consumo de alcohol irregular", ha subrayado el profesor Cuesta, quien ha alertado de que no solo se trata de un fraude fiscal sino de un problema de salud pública.

El estudio, realizado mediante una encuesta a 1.200 jóvenes de entre 14 a 34 años, pone de relieve que el 60 % de los jóvenes consume alcohol habitualmente, especialmente de forma masiva durante el fin de semana (el llamado "atracón").

Uno de cada cuatro encuestados asegura haber sufrido una intoxicación etílica en los últimos doce meses, según el estudio, que observa una tendencia al alza entre las chicas (un 24 %).

Como conclusiones, el autor del informe ha abogado por la necesidad de incrementar las medidas de control, tanto coercitivas (inspecciones del botellón, del garrafón y del comercio ilegal), como educativas.

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