Sociedad -
Bebés robados
El hermano de una desaparecida: 'Vamos a buscarla hasta encontrarla'
El caso de esta niña es uno más de los centenares que tramita en Gipuzkoa SOS-Bebés Robados, la asociación que investiga la desaparición, entre las décadas de los años 40 y 80, de niños robados.
Redacción
"Vamos a buscar a mi hermana hasta encontrarla", es el mensaje pronunciado con firmeza por Pablo Losa Ocáriz tras conocer hoy que el féretro del panteón familiar en el que pensaban que reposaban los restos de su allegada nunca ha albergado el cadáver de la bebé que creían muerta al poco de nacer.
El caso de esta niña es uno más de los centenares que tramita en Gipuzkoa SOS-Bebés Robados, la asociación que investiga la desaparición, entre las décadas de los años 40 y 80, de niños que supuestamente habrían sido arrebatados a sus madres nada más nacer y que sólo en Euskadi afectan a unas 600 familias.
La exhumación de este féretro, la primera ordenada por un juzgado en Gipuzkoa, fue practicada el pasado martes en el cementerio de Polloe de Donostia-San Sebastián y, tras conocerse hoy que en su interior no había "restos biológicos", ha disparado las incógnitas sobre el caso que, según ha explicado a EFE la presidenta del colectivo SOS Bebés Robados de Euskadi, Flor Díaz, se remonta al año 1977.
Por aquel entonces, Mercedes, la madre de la pequeña, dio a luz en una clínica privada a una bebé aparentemente sana cuyo estado de salud empeoró de una forma misteriosa hasta que supuestamente falleció, tras lo que se produjeron una serie de irregularidades que han llevado recientemente a la familia Losa Ocáriz a denunciar los hechos que ahora investiga el Juzgado de Instrucción número 5 de Donostia-San Sebastián.
Cecilia, portavoz de esta familia numerosa integrada por el matrimonio Losa Ocáriz y sus nueve hijos, explica que el hecho de que su hermana no se encuentre enterrada en Polloe supone que "ya nadie puede decir" que la desaparición de bebés "es una mentira" porque "ahí están las pruebas objetivas, que nadie puede discutir".
Por este motivo, reclama a las instituciones, juzgados y partidos "comiencen a trabajar" y "se involucren" para que no den "sólo buenas palabras" y se pueda indagar "qué es lo que sucedió realmente".