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La Ertzaintza detecta un aumento del consumo del gas de la risa, la "droga de moda" entre jóvenes

La Ertzaintza ha iniciado tres investigaciones relacionadas con la compraventa de óxido nitroso en zonas de ocio de Vitoria-Gasteiz, según ha podido saber EITB.

Foto: EFE
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EITB

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Euskaraz irakurri: Gazteen artean gas barre-eragilearen kontsumoak gora egin duela ohartarazi du Ertzaintzak

La Ertzaintza ha detectado en los últimos meses un aumento del consumo de óxido nitroso, conocido como "gas de la risa", ligado al ocio, según ha podido saber EITB.

Se trata de una sustancia cuyo uso está permitido tanto en la industria alimentaria, como en la aeroespacial y, también, como medicamento de uso hospitalario bajo prescripción facultativa.

Sin embargo, cada vez se está detectando más en las zonas de ocio, donde se utiliza de manera lúdica, lo que puede provocar diferentes reacciones en el organismo de la persona que lo consume tales como, entre otras, alucinaciones, desorientación o desmayos.

La gravedad de estos datos ha llevado a la ertzain-etxea de Vitoria-Gasteiz a poner el foco en su compraventa, al constituir esta un delito contra la salud pública.

Hasta el momento se han abierto diligencias por tres delitos de este tipo en la capital alavesa, tanto en el interior de locales de ocio nocturno, como en la vía pública, con el resultado de cuatro personas investigadas por los hechos.

Su venta y consumo estaría tan integrado en dichos ambientes que se ofertaría junto al consumo de otras sustancias legales como el fumar tabaco en cachimbas, cuando, en realidad, se estaría incurriendo en un delito de tráfico de drogas.

Efectos y riesgos

Por lo general, se vende en pequeños botes de plata y se inhala. Afecta de manera diferente, según la cantidad inhalada, el peso y estado de salud del consumidor, el nivel de tolerancia y la interacción con otras sustancias o medicamentos.

Los efectos inmediatos del gas de la risa incluyen euforia, entumecimiento del cuerpo, sensación de sedación, mareos, risas incontroladas, descoordinación, visión borrosa, confusión, debilidad y cansancio. En los casos más graves se podría llegar a producir la muerte súbita.

En caso de una ingesta excesiva los riesgos son enormes. El efecto del gas puede llevar a una pérdida de presión arterial que puede desencadenar en un desmayo e infarto de miocardio o una hipoxia por falta de oxígeno.

Además, el consumo prolongado puede llevar a efectos secundarios como la pérdida de memoria, déficit de vitamina B12, zumbidos en los oídos, entumecimiento de extremidades, espasmos, depresión, debilitamiento del sistema inmunológico, psicosis o dependencia psicológica.

 

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