Radio Euskadi
'Somos Cómplices'
Intoxicación por mercurio
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En 1991 la OMS confirmaba que el mercurio presente en la amalgama de los empastes dentales, es la principal fuente no industrial de emisión de vapor de mercurio, un metal neurotóxico.
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Foto: Dieta metabólica
En 1991 la Organización Mundial de la Salud confirmaba que el mercurio presente en la amalgama que se utiliza en los empastes dentales, es la principal fuente no industrial de emisión de vapor de mercurio; hablamos de uno de los metales más neurotóxicos.
Países como Noruega, Suecia o Dinamarca ya han prohibido su uso pero en el Estado, el Consejo General de Colegios Oficiales de Odontólogos y Estomatólogos defiende estas amalgamas; un producto que lleva más de 170 años en el mercado. También la Administración de Alimentos y Fármacos de los Estados Unidos sostiene que la amalgama dental es un material seguro y efectivo para el uso de las restauraciones dentales.
¿Son realmente inocuas para nuestra salud?. Servando Pérez, fundador y presidente de Mercuriados, asegura que el mercurio de sus empastes dentales, es toxico. Su diagnóstico ha sido reconocido oficialmente por el Instituto Nacional de la Seguridad Social.
Todas las personas asociadas a “Mercuriados” tienen algo en común: padecer impregnación, intoxicación o alergia por mercurio. Esa intoxicación viene, en la mayoría de los casos, derivada del hecho de haber portado (o todavía portar) empastes dentales de amalgama. Más del 80% de la población lleva empastes de amalgama metálica.
¿Qué factores favorecen la evaporación del mercurio de nuestros empastes?
· Desgaste dental: sea por bruxismo o por maloclusión debida a un traumatismo/problema mandibular, o a la extracción negligente de una muela --sobre todo, muela del juicio--. Ello produce microgrietas en la amalgama, por las cuales penetran más fácilmente las bebidas/comidas ácidas y calientes, el flúor, etc. lo que favorece sobremanera la evaporación del Hg.
· Que haya corrosión de la amalgama: la cual se acelera cuando hay caries o se colocan coronas sobre la amalgama, o cuando hay otros materiales metálicos en la boca, como brackets o correctores bucales, puentes, etc. —que pueden, sobre todo los antiguos, llevar níquel, al que, dicho sea de paso, casi un 90% de la población, particularmente las mujeres, son alérgicas o hipersensibles—, u oro, entre otros.
· Bebidas y comidas ácidas.
· Que se rompa un trozo de amalgama, por pequeño que éste sea, o se agriete una o más amalgamas
· Mascar chicle habitualmente.
· Masticar fuerte.
· Cepillado dental enérgico (particularmente con pasta dentífrica fluorada).
· Fumar.
· Bebidas/comidas calientes.
Servando se realizó los primeros análisis de metales pesados por decisión propia. El diagnóstico: hidrargirismo crónico. Tiene el reconocimiento oficial de Intoxicación Crónica por Mercurio por parte del Instituto Nacional de la Seguridad Social y le ha sido concedida la “incapacidad permanente total”.
Aunque tiene reconocido un diagnóstico no tiene garantizado un tratamiento. Según el informe clínico firmado el Dr. Benjamin Climent, del Hospital General Universitario de Valencia el 4 de octubre de 2010, “en el sistema sanitario público no hay unidades que tengan la capacidad de valorar este tipo de casos clínicos enmarcados en una medicina ambiental”. Se dice, también que “en estos momentos la medicina desde el punto de vista oficial, puede aportar poca ayuda a estos pacientes” y se apunta a la posibilidad de que sean las terapias alternativas las que puedan contribuir a la mejoría de las personas afectadas.