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Verdades y mentiras del Titanic
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Como pistoletazo de salida a los actos conmemorativos por el centenario del hundimiento, la Fundación Titanic ha querido rendir homenaje al primer oficial, William Murdoch.
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William Murdoch (izquierda) a bordo del Titanic. Foto: Maritime Quest
Muchas son las leyendas que han perdurado acerca del Titanic, sus pasajeros y su tripulación. Como pistoletazo de salida a los actos conmemorativos por el centenario del hundimiento, la Fundación Titanic ha querido rendir homenaje al auténtico héroe del naufragio, al hombre que salvó a más de dos terceras partes de los supervivientes: el primer oficial, William Murdoch.
En contra de lo que la historia ha relatado hasta ahora, fue el primero en avistar el iceberg, dar la voz de alarma, llevar a cabo las primeras maniobras de emergencia y responsable de la supervivencia del 90% de los hombres.
El papel de este oficial también fue ejemplar durante las maniobras de evacuación de los pasajeros. Era el responsable de los botes salvavidas en la cubierta de estribor, y ordenó llenarlos completamente, aunque fuese con hombres. En la cubierta de babor, por el contrario, el oficial responsable no permitió que ningún hombre embarcase en los botes salvavidas, y estos se arriaron sólo con mujeres y niños, llevando en su interior solamente a la mitad de personas que podían haberse salvado. Algunos botes solo llevaban 14 o 15 personas, cuando su capacidad total era de 72. Debido a ello, más del 80% de los hombres que se salvaron en el Titanic le debieron su vida a Murdoch.
Conviene destacar de este excelente oficial que cuando ya el barco estaba a punto de desaparecer bajo el mar, y las heladas aguas le cubría la mitad de su cuerpo, consiguió, en un esfuerzo sobrehumano, cortar con su navaja los cabos que impedían arriar el último bote salvavidas, el desplegable A. Gracias a este último esfuerzo del oficial Murdoch, 12 personas pudieron salvarse, aunque a él ya no le quedaron fuerzas para subirse y murió congelado agarrado al ese mismo bote.
Poco tiene que ver con la actitud del capitán del Costa Concordia, pese a los paralelismos que algunos han querido establecer entre ambos naufragios.
El Titanic recibía antes de su hundimiento ocho toneladas de agua por segundo. Con esa cantidad, el Costa Concordia no hubiese durado ni quince minutos. El trasatlántico aguantó tres horas.
El capitán del Titanic, no solo dirigió el "abandono de buque", sino que eligió, cuando ya todo era irremediable y el barco se hundía, encerrarse en "cuarto de derrota" (lugar donde en las caretas marinas se marca los rumbos del barco) y se hundió con él. Su cuerpo nunca fue recuperado.
Verdades y mentiras que se han contado sobre el naufragio a lo largo del tiempo, desde los errores en la toma de decisiones, las amenazas a punta de pistola para evitar que los pasajeros de tercera montasen en los botes salvavidas, o el suicidio del propio Wiliam Murdoch. Asimismo, la Fundación ha explicado otros mitos sobre los pasajeros, los supervivientes o la recuperación de algunos de los objetos del barco.
Habrá tiempo para hablar de los actos conmemorativos a medida que se acerque la fecha. Pero cabe subrayar que los capitanes de todos los buques (de pesca, recreo, mercante o de la armada) recibirán un comunicado invitándoles a que, a las 23,40 horas del día 14 de abril, allí donde se encuentren, navegando o en puerto, hagan sonar sus sirenas durante tres minutos en memoria de las 1.503 personas que fallecieron en la tragedia del Titanic, justo 100 años antes, el mismo día y a la misma hora.