'Elena Francis nos quería ciegas, sordas y mudas'

A diario se leían y respondían en el consultorio varias cartas. Correspondencia que incluso a veces se inventaban los guionistas. Pero las cartas de verdad, las que de su puño y letra escribieron las llamadas chicas Francis se encontraron en 2005 en una masía abandonada en Cornellá. Más de un millón de cartas que aquellas mujeres preocupadas escribieron a Elena Francis, una mujer que nunca existió.

Armand Balsebre, catedrático de comunicación y la periodista Rosario Fontova nos cuentan, todos los detalles en el libro Las cartas de Elena Francis, y como un aparentemente inocente consultorio fue una de las mayores armas de propaganda del régimen franquista.