La Terraza
OFICIOS TRADICIONALES
Emilio Justel, el zapatero ilustrado que estudió psicología y teología y prefirió trabajar arreglando calzado
'Eria Justel. Reparación de calzado'. Es el cartel que figura en la puerta del emblemático taller que abrió sus puertas en 1939, en la calle 31 de Agosto de Donostia. Se trata del primer negocio de arreglo de calzado que se abrió en la ciudad de cara al público, con salida directa a la calle.
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Imagen: Emilio Justel
19:35 min
Pudo ser ingeniero, teólogo, o psicólogo. En su currículum también figura la formación física y en deportes. Pero Emilio Justel tuvo claro que él quería trabajar en su taller, un local de 12 metros cuadrados, situado en uno de los dos edificios de la calle 31 de Agosto que sobrevivió al incendió que arrasó la ciudad de San Sebastián en 1813. Preguntado en el programa La Terraza por esta cuestión, ironiza al afirmar que quizás es un "vicioso de tratar a la gente". Justel echa la vista atrás y afirma que "después de 50 años que he estado en la zapatería, la mayoría de mi clientela no son clientes, son amigos, amigas. Y la relación que tengo con ellos es muy familiar y no me gusta perderla". Por ello, cumplidos los 70 años, ya jubilado, sigue acudiendo cada día unas horitas al taller, que a día de hoy regenta su hija Loida. "A mí siempre me ha encantado el sevicio a los demás y yo empecé aquí casi como de broma. Pero me enganchó de tal manera el trato con las personas, el servir a los demás, el tratar de hacer un trabajo lo mejor posible, que no pude dejar de seguir haciendo lo que hacía". En todos los años de trayectoria profesional, ha tenido clientela de medio mundo, empezando por casi toda Europa, "quitando los países del Este", pasando por África, Estados Unidos, Brasil, Colombia, Venezuela y Australia. "En Sidney tengo varios clientes", nos cuenta.