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Este domingo
Aconcagua: vuelve la aventura extrema
A.A.
EITB
16 valientes pelearán por llegar a la cumbre del coloso andino.
La noche de los domingos en ETB-2 vuelve a prepararse para la aventura más extrema de la mano de 'El Conquistador del Aconcagua'. En su segunda edición, el reality más duro de la tv mantiene el objetivo de hacer cumbre en el pico más alto del hemisferio sur con una expedición de participantes, en su mayoría ajenos a la alta montaña. De la mano de Julian Iantzi y con Juanito Oiarzabal como jefe de expedición, esta segunda edición viene con muchos cambios con respecto a la temporada anterior.
La principal novedad de este año está en el número de concursantes, que de ser seis el otoño anterior han pasado a ser dieciséis. Se realizó un amplio casting para encontrar los perfiles más adecuados para este reto, y al final ocho hombres y ocho mujeres, muchos de ellos sin experiencia en alpinismo, tendrán que superar retos, duelos, miedos, enfrentarse a climatologías adversas, a esfuerzos físicos extremos, exponen su cuerpo a alturas que no todo el mundo es capaz de tolerar y todo ello para conseguir que la ikurriña ondee en la cima del Aconcagua, a 6.962 metros de altura.
Pero no estarán solos. Juanito Oiarzabal se encontrará con un miembro más en la expedición con el que no contaba, el pelotari Mikel Goñi que, tras su paso por la aventura afirmó: ''Nunca he sufrido tanto como en el Aconcagua''. Y es que la ascensión del navarro hacia la cima del Aconcagua se presenta como uno de los retos del programa y supondrá una aventura paralela de superación tanto física como anímica, porque son muchos los hándicaps que el navarro tiene que superar. Por un lado, la condición física, que ya le jugó una mala pasada cuando fue capitán de 'El Conquistador del Fin del Mundo', obligándole a retirarse por una neumonía en la tercera edición. Pero además, Goñi afronta este reto sabiendo que tiene todas las apuestas en su contra, algo que puede ser una motivación extra para la ascensión.
La primera edición del programa estuvo marcada por la sorpresa que supuso la noticia de Juanito Oiarzabal: ''no todos vais a poder subir a la cima del Aconcagua''. Este año, sin embargo, el carácter eliminatorio y selectivo del concurso es algo que todos los miembros de la expedición tienen asumido. De hecho, muchos de ellos ni tan siquiera conseguirán ver el Centinela de piedra. Este año la aventura comenzará muchos metros más abajo, a 1.800 mts sobre el nivel del mar exactamente, junto a las aguas de Río Grande en Valle Hermoso. En esta primera etapa de aclimatación la lucha por un puesto entre compañeros marcará el día a día de la expedición, pero a medida que ganen altura y se acerquen a la impresionante mole de casi 7.000 metros, la montaña ira poniendo a cada uno en su lugar.
La esencia de la ascensión al Aconcagua continua intacta y la expedición trascurrirá por los impresionantes parajes que descubrieron en la primera edición, con campos en la Laguna Horcones (2.850 m.), Confluencia (3.300 m.), Plaza Francia (4.000 m.), Nido de Cóndores (5.250 m.), Cólera (5.950 m.) y quizá la cumbre a 6.962 metros de altura. Eso sí, todo ello desde el prisma de 16 montañeros inexpertos en apuros y la particular visión de Mikel Goñi, bajo la atenta mirada de Juanito Oiarzabal y Julian Iantzi.
