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Elecciones en Francia

Perfiles: Nicolas Sarkozy vs François Hollande

El presidente saliente y el candidato socialista se enfrentarán en la segunda vuelta con éste último como favorito.

Nicolas Sarkozy y François Hollande. EFE
Nicolas Sarkozy y François Hollande. EFE
Nicolas Sarkozy y François Hollande. EFE

Redacción

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El presidente saliente, Nicolas Sarkozy, y el candidato socialista, François Hollande, se enfrentan este 6 de mayo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas con un claro favorito, Hollande, que ya se impuso en la primera vuelta.

NICOLAS SARKOZY

El vigesimotercer presidente de la República y candidato de la formación conservadora UMP, Nicolas Sarkozy, cuya derrota en la primera vuelta le acerca peligrosamente a la probable derrota final, culmina cinco años de mandato marcados por la crisis financiera y económica internacional y por las polémicas que han empañado su imagen.

Pese a este primer revés electoral, el presidente saliente, considerado un animal político y un hiperactivo monstruo mediático, ha prometido luchar hasta el final en pos de una complicada reelección. Y en su pelea por atraerse el favor del electorado, no duda siquiera en lanzar propuestas propias de sus mayores enemigos, el flanco socialista y la ultraderecha, o incluso molestar a sus socios europeos.

Tanto es así, que en las últimas semanas ha radicalizado su discurso para intentar atraer el voto de extrema derecha. Ya lo apuntó tras conocer su derrota en la primera vuelta, cuando identificó los que en su opinión son los "temores" de la ciudadanía: "el respeto de nuestras fronteras, el control de la inmigración y la preservación del modo de vida de los franceses". Su gestión ya había sido previamente muy criticada en Francia por medidas como la expulsión masiva de gitanos.

Sus reformas económicas no han dado el resultado esperado. No en vano, el Estado galo tiene un millón de desempleados más que hace cinco años, el déficit público es del 7% y ha perdido la tripe A por parte de la agencia Standard & Poor's.

A esto hay que unir los numerosos escándalos de corrupción que han enfangado su imagen, como la presunta contratación de trabajadores ilegales para remodelar su palacio de Versalles; el caso Bettencourt, que investiga si durante la campaña de 2007 Sarkozy recibió dinero en efectivo de la heredera de L'Oreal violando las normas de financiación de las campañas políticas; o una presunta malversación de fondos relacionada con el pago de comisiones ilegales a Pakistán en ventas de submarinos franceses.

En algunas ocasiones, su comportamiento también ha distado de ser correcto, como cuando en 2007 llamó "imbécil" a una periodista que le preguntó por los rumores de divorcio, o cuando en 2008 llamó "gilipollas" a un ciudadano que le negó la mano.

Tampoco hay que olvidar su constantes apariciones en la prensa rosa: siendo ya presidente de Francia, se divorció de su esposa Cecilia para casarse posteriormente con la modelo y cantante Carla Bruni.

FRANÇOIS HOLLANDE

Con su victoria en la primera vuelta, el socialista François Hollande se alza como un candidato capaz de dar un nuevo rumbo a Francia y a la política de austeridad y recortes, pese a su criticada falta de carisma.

El hombre que dirigió el aparato del Partido Socialista (PS) de 1997 a 2008, cuya carrera ha transcurrido entre los pasillos de su formación y la política local en la región rural de Corrèze, ha sabido mantener el apoyo que se le otorgó en las primarias de su partido con una estrategia caracterizada por la ausencia de riesgos y de grandes meteduras de pata.

El socialista, líder improbable hasta la caída del exdirigente del Fondo Monetario Internacional Dominique Strauss-Kahn por sus escándalos sexuales, ha conseguido colocar a la izquierda en la primera línea de la conquista al Elíseo, en manos de la derecha desde la salida de François Mitterrand en 1995.

Formado en la prestigiosa Escuela Nacional de la Administración (ENA), cuna de la mayor parte de los políticos galos, Hollande, representante del ala centrista del PS, ha acompañado su crecimiento político de una transformación física y personal que le ha llevado a perder peso y pasar de un carácter bromista e irónico a uno más serio, reposado y "presidenciable".

Hollande es padre de cuatro hijos junto a la también socialista Ségolène Royal, de la que se separó tras las presidenciales de 2002. En esta nueva aventura le acompaña la periodista Valérie Trierweiler, que pretende mantener su trabajo e independencia en caso de que su pareja resulte vencedor.

En el programa que puede llevarle al Elíseo figuran propuestas como gravar con un tipo del 75 % a los contribuyentes que ganan más de un millón de euros al año, crear 60.000 empleos en el campo de la educación o regular el sector financiero separando la actividad especulativa de los bancos de la financiación de la economía.

Ambición no le falta y, pese a la fama que acarrea de bueno, blando y sin agallas, esa aspiración aparentemente se perfiló ya desde que era niño: "Cuando sea mayor, seré presidente", se indica que dijo una de sus tías en un documental que este lunes difundirá Canal+.

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