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Música

Crónica a 'pie de campo'

Shakira: Un quiero y no puedo en San Mamés

A.I.

San Mamés (Bilbao)

Los esfuerzos de la artista se vieron mermados por la poca calidad del sonido, que dejó al público con ganas de mucho más. Demasiada cadera para unos decibelios deficientes.

Con casi media hora de retraso y ante un San Mamés volcado aunque sin colgar el "no hay billetes",&' || 'nbsp; la estrella colombiana Shakira mostró anoche en Bilbao todas sus cualidades en el movimiento de caderas, aunque la interpretación de sus canciones dejó mucho que desear, por lo menos en cuanto al sonido se refiere; el rumor sobre un posible playback revoloteó el viejo campo del Athletic Club. Eso sí, la ''loba'' puso en jaque hasta al león que custodia el palco del estadio. Espectáculo en estado puro -con una voz en estado dudoso- sobre el escenario durante las casi 2 horas que duró el concierto.

Enmarcada en su actual gira mundial bajo el título de "Sale el sol", el ''Gabon Bilbao'' y la actuación de Shakira dejaron con ganas de más a mayores y pequeños; un público muy variado que pensaba ya en las vacaciones y la playa. Aún así, la fiesta se apoderó de la muchedumbre que abarrotaba el cesped y de los asistentes que eligieron disfrutar del show en la tribuna, quizá para poder resguardarse de la lluvia que finalmente no se dejó ver, ni llegó a incordiar, en la capital vizcaina. Unos y otros no dudaron en bailar animadamente; la noche se lo merecía.

Las impresionantes dimensiones de San Mamés y el escenario permitieron a la colombiana demostrar sus mejores pasos a través de tres pantallas gigantes, en las cuales el público apreció los diferentes vestuarios que lució Shakira, entre ellos un vestido azul de princesa y una falda flamenca con la que simuló ser ''Gitana''. Luz y sonido, color y glamour -más en la zona VIP cercana a Azkuna, vestido con un llamativo polo rojo, que entre la ''plebe''- para dar luz verde al verano.

Y para rematar la noche y cerrar el concierto, llegó el momento de la aclamada canción del ''Waka Waka'', esa que se hizo conocida en el Mundial de Sudáfrica. Como no podía ser de otra manera y como ya pasó en el BEC en noviembre, el público se vino arriba, y hasta el arco hizo "la ola".

Disparidad de opiniones para un espectáculo discreto en puesta en escena, pero repleto de grandes éxitos que dejan a la artista con un empate en San Mamés.