Economía -
Análisis
Grecia: Un poco de tranquilidad y muchas dudas
A pesar del acuerdo para financiar a Grecia, hay muchas dudad acerca de cómo puede salir Grecia del atolladero en el que se encuentra: debe más de lo que tiene.
Pedro García Larragan
El acuerdo para financiar a Grecia, anunciado ayer por los países del euro, ha tranquilizado un poco las cosas. Tanto las bolsas como la propia moneda europea han ganado hoy posiciones, aunque todavía existen muchas dudas acerca de cómo puede salir Grecia del atolladero en el que se encuentra: debe más de lo que tiene, y tiene que afrontar los primeros pagos en apenas unas semanas.
Según cálculos oficiales, el Gobierno griego necesita 32.000 millones de euros para cumplir con sus obligaciones de pago hasta finales de año. De esa cantidad, 11.000 millones tendrá que abonarlos en mayo. Para evitar males mayores, el resto de países del euro ha decidido poner un cheque encima de la mesa: 30.000 millones.
El mensaje al mundo financiero es claro: si Grecia no puede pagar, lo harán sus socios. Por lo tanto, tranquilidad: no hay riesgo de quiebra, al menos en los próximos meses, y parece que ese mensaje ha calado: las bolsas suben, y el euro se revaloriza. Algo bueno cuando el gobierno griego pretende conseguir mañana 11.000 millones de euros, vendiendo bonos en Estados Unidos, por los que tendrá que pagar un interés del 6%.
En todo caso ojo, porque sigue habiendo más nubes que claros. Parece que Grecia consiguirá dinero para hacer caja, pero lo hace con créditos caros, que tarde o temprano tendrá que pagar. Así que tanto como el dinero, el primer ministro Papandreu necesita credibilidad internacional: Alemania e Italia deben casi tanto dinero como Grecia, pero todo el mundo está convencido de que con la salida de la crisis, pagarán, así que les prestan barato.
De Grecia casi nadie se lo cree, por lo que los inversores internacionales le prestan mucho más caro. Esto lastrará aun más su economía cuando en unos años tenga que hacer frente a las deudas que hoy contrae. En suma: ‘dinero ya’ para evitar la quiebra hoy, por ‘deuda para mañana’, y ‘confiemos’ en poder pagarla.
Pues eso, confiemos. Porque de no poder, el terremoto en la zona euro se iba a sentir también en Euskadi.