notas de prensa
'Graffiti'
El voto inmigrante
eitb.com
Javier Galparsoro, Presidente de CEAR-Euskadi ha charlado con la plataforma Denok hiritar de Gasteiz sobre la presencia de la inmigración en la campaña electoral y en los resultados.
Según los datos del INE, 473.748 electores extranjeros (sin contar a los 400.000 nacionalizados) pudieron ayer ejercer su derecho a votar en las elecciones municipales. Ése fue el número de personas que manifestaron su voluntad de votar ante la oficina del censo electoral. Una de las condiciones previas, junto al imprescindible empadronamiento en su localidad. Y extranjeros, sí; pero no del todo. En ese cómputo están incluidos los ciudadanos de otros estos de la Unión Europea. Así que, en realidad, hablamos de menos de 57.000 personas procedentes de Bolivia, Cabo Verde, Chile, Colombia, Ecuador, Islandia, Noruega, Nueva Zelanda, Paraguay y Perú. En otras cifras, el número de extranjeros inscritos en el Censo Electoral supone apenas el 7,5% de los inmigrantes mayores de edad, y el 12,3% de los que, en principio, tienen derecho a votar. Esto se traduce, y por ceñirnos a nuestro ámbito, en la Comunidad Autónoma Vasca, apenas 6900 personas se decidieron a hacer los trámites para votar y, en Navarra, 3.247.
Dos han sido las iniciativas impulsadas por inmigrantes en estas elecciones. En Vitoria-Gasteiz, La plataforma Ongi Etorri obtuvo ayer 174 votos. Un 0,16% del total de los sufragios emitidos. Ó un 24% si presuponemos que sólo han votado a esta formación los 725 extranjeros empadronados en la capital alavesa que tenían derecho. Mientras, en San Sebastián, Denok Hiritar – Ciudadanía Plena conseguía 22 votos. Y eso a pesar de anunciar este pasado viernes que no iban a concurrir a las elecciones.
Ambas plataformas impulsadas desde SOS Racismo han abierto el debate sobre el derecho de los inmigrantes a elegir a los concejales que regirán sus ayuntamientos. En definitiva, reclamar que el derecho a la participación política esté basado en la residencia y no en el origen.
En este sentido, la inmigración ha vuelto a ser parte del discurso político. La candidata del PP a la alcaldía de Bilbao, Cristina Ruiz, propuesto que las mezquitas que la comunidad musulmana quiere abrir en los barrios de Bilbao La Vieja y Basurto se ubiquen en zonas alejadas de los núcleos residenciales, mientras que el candidato en Vitoria, Javier Maroto, propuso entorpecer la licencia municipal de la mezquita de Zaramaga, para después rectificar. Sus colegas en Barcelona propusieron exigir certificados de buena conducta. Y casualmente, ha sido el PP la formación más votadas en las dos localidades alicantinas con más votantes extranjeros que españoles. Nótese que la mayoría son ciudadanos comunitarios. Mientras, tanto en el área metropolitana de Barcelona, con Plataforma Per Cataluña, como en la madrileña Alcalá, con España 2000, los movimientos xenófobos se han hecho un hueco en sus consistorios.