Cerrar

Entrevistas

HISTORIA

José Andrés Álvarez Lastra, la identidad con la que el Lehendakari Agirre logró huir de Franco y Hitler

EITB Media

El historiador y periodista Ingo Niebel revela, con material inédito, cómo el Lehendakari Agirre logró atravesar buena parte de la Europa controlada por el III Reich con las policías franquista y nazi pisándole los talones. Lo hizo bajo otra identidad, la del panameño José Andrés Álvarez Lastra.

  • Imagen del dosier de inmigración belga de José Andrés Álvarez Lastra, identidad secreta de Agirre

    Imagen del dosier de inmigración belga de José Andrés Álvarez Lastra, identidad secreta de Agirre

    22:48 min
imagen player
imagen player
imagen player

"Este libro trata de una caza humana, una real, que tuvo lugar entre 1940 y 1941 en Francia, Bélgica y Alemania. Quien dice caza, dice fuga".

Así comienza 'A la caza del primer lehendakari' (Ediciones B, SineQuaNon, 2022), el ensayo publicado por el historiador y periodista alemán Ingo Niebel en el que reescribe, "sobre hechos históricos y debidamente documentados", la fuga del Lehendakari Agirre y cómo logró esquivar tanto a la Gestapo como a la policía franquista bajo una falsa identidad. En junio de 1940 pasó a ser un doctor en leyes panameño: José Andrés Álvarez Lastra. El dossier de extranjería de Álvarez Lastra es, precisamente, uno de los documentos inéditos que incluye esta obra.

Cuenta Niebel que el germen de este trabajo se remota a principios de la década de los 90, durante sus primeros años de carrera universitaria como estudiante de historia. Fue entonces cuando nació su interés por comprobar la veracidad de los hechos relatados por el propio José Antonio de Aguirre y Lecube en 'De Guernica a Nueva York pasando por Berlín', publicado por primera vez en 1943.

Ingo Niebel no ha roto su relación con Euskadi desde que con 9 años pisara la villa foral de Gernika. Corría el año 1975. Años antes, en 1960, su padre formó parte de la plantilla de la empresa Astra, dedicada a la fabricación de armas cortas. Fue su padre quien, antes de aquel primer viaje, le hizo una confesión que también le marcó: "Quiero que sepas que Gernika fue bombardeada por los alemanes". Así terminó "el tabú de no hablar sobre la guerra" que imperaba en su familia.