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MUSICA

"Uno de los grandes errores en la música clásica es diferenciar entre compositor, pianista y público"

El pianista James Rhodes defiende que aprender música no sea un lujo y se pregunta "cuántas Alicias de Larrocha, Rosalías o Sabinas tenemos en el país que no tienen ni idea de que tienen ese talento porque no tienen herramientas para explorarlo".

  • James Rhodes, pianista

    James Rhodes, pianista

    17:58 min
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"No soy británico. Soy español. Odio Londres. Claramente Reino Unido es un país maravilloso para pasar un fin de semana, pero para vivir, lo juro: España es Disneylandia". Con esta autodefinición, el pianista James Rodhes esquiva cualquier pregunta relativa a la situación del Reino Unido tras la muerte de Isabel II o a su complicada economía. Pero de lo que no duda en hablar es de música, y de la razón de ser de su paso por Euskadi con su gira Pianotour 2022. Un concierto que pivota sobre la figura de Frédéric Chopin y en el que no solo toca piezas, sino que recorre la vida del autor romántico por excelencia. Y promete una experienca "muy íntima", el "tener la oportunidad de escuchar la música, cerrar los ojos 90 minutos, sin luz..." y escapar de un mundo "donde el ruido es constante". Romper barreras, dice. "Uno de los grandes errores en la difusión de la música clásica es diferenciar entre compositor, pianista y público" cuando, en realidad, "los tres son iguales".

Y en ese romper barreras está el acabar con las reglas que rodean a la escucha de la música clásica. "Hay mucha gente en el business que quieren guardar esta música como una forma de arte alto, para la gente muy rica". Y él busca lo contrario, asegura, "que no sea un lujo" ni el escuchar ni mucho menos el aprenderla. "Cuántas Alicias de Larrocha, Rosalías o Sabinas tenemos en este país ahora mismo que no tienen ni puta idea de que tienen ese talento porque no tienen las herramientas de explorarlo", lamenta. 

Pero más allá de su faceta como intérprete, Rodhes es conocido por su vertiente más filantrópica, ayudando económicamente a personas con dificultades. "Me toca algo muy profundo y si puedo ayudar lo haré, y con placer", advierte. Destacar también su campaña de defensa de los derechos de la infancia, materializada en la llamada Ley Rodhes contra los abusos sexuales a menores. Dice sentirse "orgulloso" de este logro que convierte a España en pionera mundial, pero también es consciente de que las cosas "no van a cambiar de un día para otro", y por eso pide "esforzarnos mucho más" y mantener el compromiso.

James Rodhes, por su parte, sigue en la lucha. Ahora también buscando acercar la ayuda psicológica a niños y adolescentes víctimas de abusos y violencia con problemas de depresión o ansiedad. Por ahora, ya lo está consiguiendo en Euskadi con la ayuda de la Asociación de Psicopedagogía del País Vasco, y también en Madrid, con una unidad específica de atención gratuita y sin listas de espera.