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La noche de

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Ocho escenarios vascos

Zumaia inspiró el pueblo ficticio de 'Ocho apellidos vascos'

En este pueblo guipuzcoano se rodó la escena de la manifestación, una de las más recordadas de esta película. Se dieron a conocer sitios emblemáticos de Zumaia, como la ermita de San Telmo.

La acción de la película 'Ocho apellidos vascos' se desarrolla en un pueblo ficticio, recreado principalmente en Zumaia, el primero de los 'Ocho escenarios vascos' que iremos visitando en esta sección del programa 'La Noche de...'. En Zumaia se rodó, por ejemplo, la escena de la manifestación, con 190 extras, todos ellos vecinos del pueblo, que cobraron 60 euros por su trabajo. Los que no cobraron nada fueron los verdaderos agentes antidisturbios de la Ertzaintza, que intervienen en la escena.

Pero lo más curioso es que, junto a la plaza de la manifestación, hay una iglesia. Y a mitad de rodaje se estaba celebrando, precisamente en esa iglesia, nada menos que un funeral. Los familiares del difunto pidieron al equipo del film que, por favor, se dieran prisa en rodar la escena para no escuchar los gritos de la falsa manifestación, ¡en pleno funeral! Y así se hizo, de modo que la escena de la "manifa" terminó de filmarse ¡a toda pastilla!


También en Zumaia está la ermita de San Telmo, uno de los lugares más bellos de Euskadi. Se alza sobre la playa de Itzurun, y es una pequeña ermita de pescadores, encaramada sobre las láminas de roca del célebre "flysch" de Zumaia, una espectacular formación rocosa, admirada por los geólogos de todo el mundo, y que se formó hace unos 80.000 millones de años. Por supuesto, la propia ermita no es tan antigua, pero se sabe que ya estaba en pie en el año 1540, así que tiene, por lo menos, 5 siglos de historia. El propio Dani Rovira, protagonista de la película, ha dicho que se enamoró de este lugar. Y también se enamoró de la gastronomía vasca.

La secuencia del restaurante se filmó en un auténtico asador, en las afueras de Zumaia, el célebre asador Bedua, que se levanta junto al estuario del Urola y que fue, en su origen, una casa-lonja del siglo XV. Es un lugar lleno de historia, porque durante siglos, al lado de este caserón, realizaban sus embarques todas las ferrerías de la cuenca del Urola, para trasladar sus mercancías por vía fluvial. El asador Bedua estaba por tanto en un lugar de paso muy importante. Y antaño, muchísimos veraneantes iban al asador en barco desde Zumaia, desembarcando casi ¡en la mismísima puerta de Bedua.