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La noche de

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Juegos de alcoba

Sadomasoquismo y orgías, los peligrosos juegos de las estrellas

B.F

EiTB

Marlon Brando, Alain Delon o Anthony Perkins son algunas de las estrellas que escondían inusuales secretos de alcoba.

En la sección ?Secretos de Alcoba? de ?La Noche De??, descubrimos algunos de los más excéntricos secretos de las estrellas de Hollywood. Esta vez, conocemos, entre otras muchas cosas, las orgías formadas por dos estrellas de la gran pantalla y la trágica muerte de un actor que practicaba sadomasoquismo.

El caso más extremo que se conoce en Hollywood es el protagonizado por David Carradine, actor que interpreta a Bill en Kill  Bill. Aficionado a todo tipo de prácticas sadomasoquistas, Carradine murió asfixiado por una cuerda en una habitación de hotel en Tailandia. Muchos aseguran que la afición por los juegos eróticos le venía de herencia de su padre, John Carradine, también conocido por sus raras filias, aunque en el caso del hijo, la fortuna hizo que el final del juego fuese de lo más dramático.

Una de las parejas de Hollywood más conocida por sus prácticas poco habituales es la formada por Jane Fonda y Roger Vadim, su primer marido. El cineasta y la actriz estuvieron casados durante ocho años y en todo ese tiempo, Vadim fue convenciendo a Fonda para acoger en su cama a otras mujeres. La pareja solía hacer tríos con chicas jóvenes, que según confesó la actriz, solían ser prostitutas reclutadas en un burdel.

El sitio donde el marido de Jane Fonda reclutaba a estas chicas, era el mítico ?Madame Claude?, el burdel más famoso de Francia, situado en el numero dieciocho de la parisina Rue de Marignan. Este mismo lugar, lo frecuentaban estrellas como Marlon Brando, Alain Delon, Aristóteles Onassis y su esposa Maria Callas. Pero sin duda, uno de los más adinerados clientes del burdel era Gianni Agnelli, el magnate de la empresa automovilística FIAT. Conocido por su ferviente catolicismo, el multimillonario organizaba orgías en las que participaban decenas de amigos. Al finalizar, se dice que el empresario los llevaba a todos a misa para que se confesasen, haciéndoles llegar a casa ¡limpios de pecado!

La propietaria de este mítico club era Fernande Grudet, quien reclutaba para su burdel a las más guapas modelos de Dior, quedándose con el 30% de lo que cobraban. En cambio, el proxeneta más famoso de Hollywood, Scotty Bowers, ¡no cobraba nada! Como ya mencionamos en un reportaje anterior, Bowers era el encargado de facilitar contactos a las estrellas de Hollywood. La discreción era uno de los atributos más destacables de Bowers, ya que, por aquella época, los gays y lesbianas de Hollywood debían mantener ocultas sus tendencias sexuales.

Algunos de los clientes habituales de Bowers eran Anthony Perkins, protagonista de Psicosis, Walter Pidgeon, de ¡Qué verde era mi valle!, o Rock Hudson. Todos ellos eran gays, casados con mujeres a las que no habían confesado su verdadera tendencia sexual. Entre estos matrimonios, se encontraba el formado por los actores Charles Laughton y Elsa Lanchester, que estuvieron casados durante 33 años, aunque Elsa era consciente de la homosexualidad de su marido. Por si esto fuera poco, el marido solía encargar a Scotty Bowers chicos sudorosos y malolientes. Por el contrario, la fantasía de Elsa era convertir a jóvenes homosexuales en heterosexuales, valiéndose de sus armas de mujer.