Vascos por el Mundo
Reportaje
La Costa de Irlanda, la tierra de la magia y la naturaleza
ETB
Amaiur Elizari nos muestra una postal de ensueño a través de la costa de Irlanda en el que la naturaleza y la historia están presentes en cada rincón.
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Costa de Irlanda, Vascos por el Mundo
Nos desplazamos 1.146 kilómetros para visitar la Costa de Irlanda. La magia que esconde esta preciosa zona es uno de los tesoros del país. Sus acantilados están considerados como una de las siete maravillas del mundo y compone un escenario majestuoso que transmite un sentimiento especial al que lo visita. Acantilados que en su día fueron utilizados por los celtas como lugar de vigilancia ante las invasiones vikingas.
Las impresionantes vistas desde Cork ofrecen una postal de ensueño que bien merece una visita obligada para descubrir los rincones de la ciudad. Un lugar lleno de historia en el que se encuentra el Spike Island, la fortaleza carcelaria más importante de todo Irlanda. Además, sus pubs con la característica música tradicional y los barriles de cerveza sin fin son otro de los iconos de esta mágica costa irlandesa. Todo esto y mucho más han enamorado a nuestro siguiente protagonista, el azpeitiarra, Patxi Brey.
Patxi, el experto en ciberseguridad
Patxi es natural de Azpeitia y lleva más de 3 años viviendo en la costa de Irlanda. Llegó a la ciudad de Cork, la principal ciudad de esta región costera y la más poblada de la República de Irlanda a través de una beca de prácticas y tras dedicarse al Marketing Digital, hoy en día, desarrolla, explota y vende aplicaciones de ciberseguridad.
El azpeitiarra nos muestra la ciudad de Cork y todos los secretos que alberga, el pueblo costero de Cobh, famoso por ser donde el Titanic hizo su última escala antes de cruzar el Atlántico, la fortaleza de la isla de Spike y el conocido English Market.
Paula, una vitoriana de altura
Paula es de Vitoria-Gasteiz y lleva un año en Irlanda. Viajó al país después de terminar la carrera de Enfermería en Pamplona. Mejorar el inglés y enfrentarse a un país de habla inglesa fueron otra de sus razones para llegar a la costa irlandesa.
Conocemos junto a ella, nada más y nada menos, que una de las siete maravillas del mundo, los acantilados de Moher, que constituyen la estructura rocosa natural más antigua de Irlanda. Si hace mucho viento, los acantilados son un lugar muy peligroso, sobre todo, una vez terminado el sendero de piedra.
Además, visitamos las famosas Islas de Aran a las que únicamente se puede acceder a través de un ferry que parte desde la localidad costera de Doolin y que nos permitirá conocer la isla fetiche.
Kizkitza, una investigadora que no olvida sus raíces
Kizkitza Busca es natural de San Adrián de la Rivera de Navarra y lleva 3 años residiendo en Irlanda. Trabaja como microbióloga en investigación y aprecia y ama la naturaleza: pesca, pasea y conoce perfectamente todos los rincones que esconde la costa de Irlanda.
Descubrimos junto a ella el Castillo de Blarney, en las afueras de Cork y dónde los turistas hacen cola para besar una piedra que concede el don de la elocuencia. Visitamos también los acantilados del Cabo de Old Heald en Kinsale junto a la navarra.
Además, conocemos a Sara Arbulu de Laguardia y compañera de trabajo de Kizkitza en uno de los laboratorios más importantes de Irlanda.
Gonzalo, el asesor de Limerick
Gonzalo es de Bilbao y lleva más de un año viviendo en Irlanda. Su principal razón para aventurarse a vivir en la Costa de Irlanda fue una gran oportunidad laboral. Se dedica a asesorar a inversores y Noruega fue su primer destino lejano más allá de Euskadi.
El bilbaíno nos narra las leyendas y anécdotas de la tercera ciudad más importante del país. En Limerick se firmaron algunos de los tratados claves para la ocupación inglesa de Irlanda durante el siglo XVII. Conocemos también el puente de Thomond que cruza la ria de Shannon, la catedral de Saint Mary y el Milk Market, punto de encuentro en la ciudad.
Durante el verano la temperatura en esta zona de Irlanda no supera los 13 grados, por ello, como buen bilbaíno, Gonzalo se siente como en casa. Sin embargo, recuerda con añoranza los pintxos y gastronomia de su tierra.


