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Arte

Exposición

Primera mirada retrospectiva a la obra de Gonzalo Chillida

La exposición, en la Ganbara de Koldo Mitxelena, muestra por primera vez al público un centenar de obras así como una selección de fotografías y proyectos de murales.

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La 'Ganbara' de Koldo Mitxelena Kulturunea de San Sebastián acoge hasta el 15 de junio una exposición del artista donostiarra Gonzalo Chillida (1926-2008), uno de los pintores más importantes en el contexto vasco de la segunda mitad del siglo XX, que supone la primera mirada retrospectiva a su obra.

La muestra contiene una selección de obras que él mismo preservó en el tiempo y que, como una colección privada, fueron retiradas de la venta y cuidadosamente guardadas en su estudio durante años. Cinco años después su fallecimiento, sus hijos Alicia y Javier Chillida, comisarían esta exposición que muestra al público, por primera vez, cerca de cien obras en pequeño y mediano formato que siguen una evolución cronológica desde los años 50 hasta el final de su vida. Asimismo, se ofrece por primera vez una selección de su fotografía y algunos proyectos en colaboración con la arquitectura.

En paralelo a la pintura, Gonzalo Chillida realiza una exhaustiva labor fotográfica que conforma "un extensísimo atlas paisajístico, formado por miles de fotografías", del que por primera vez se muestra al público un pequeño fragmento. A las captadas con la cámara analógica Leica desde los años cincuenta, reveladas manualmente por él mismo en blanco y negro, le suceden las realizadas en color digital.

Gonzalo Chillida nació en San Sebastián, el 12 de enero de 1926. Hijo de Pedro Chillida y Carmen Juantegui, era hermano Ignacio Chillida y del escultor Eduardo Chillida. Con una orientación muy temprana por la pintura, Gonzalo ingresó en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid en 1947 donde cursó sus estudios en la especialidad de pintura hasta 1951, año en que viajó a Paris, ciudad en la que residió hasta 1953. Vivió y trabajó en San Sebastián hasta su fallecimiento el 5 de julio de 2008. A pesar de su voluntad de mantenerse fuera de la esfera mediática, en el año 2001 acaparó la atención por la concesión de la Medalla de Oro a las Bellas Artes. En 2006 se presenta la primera monografía de su obra en el Museo del Prado de Madrid y en el Palacio de Miramar donostiarra.