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Arte

Exposición

El Bellas Artes de Bilbao muestra a dos maestros del retrato cortesano

Las obras del pintor flamenco Antonio Moro y el valenciano Alonso Sánchez Coello se exhibirán hasta el 7 de octubre en el Bellas Artes de Bilbao.

  • Retrato de la princesa francesa Isabel de Valois. Foto: EFE

    Retrato de la princesa francesa Isabel de Valois. Foto: EFE

El Museo de Bellas Artes de Bilbao exhibe dos pinturas de la princesa francesa Isabel de Valois, esposa de Felipe II, realizadas por el pintor flamenco Antonio Moro y su discípulo, el valenciano Alonso Sánchez Coello, considerados dos referentes del retrato cortesano del siglo XVI.

Las obras, propiedad de una familia de coleccionistas españoles cedidas para ser expuestas en el programa del museo bilbaíno "La obra invitada", se exhibirán hasta el 7 de octubre próximo junto a sendos retratos de Felipe II, obra de Antonio Moro, y de su hermana Juana de Austria, princesa de Portugal, de Sánchez Coello, propiedad de la pinacoteca bilbaína.

Javier Novo, jefe del departamento de Colecciones del Bellas Artes de Bilbao, ha explicado que se trata de dos retratos, prácticamente idénticos, de Isabel de Valois, hija de Enrique II, rey de Francia, y quien fuera tercera esposa de Felipe II, rey de España, desde 1559 hasta 1568, cuando murió en el parto de su tercer hijo.

La primera de las pinturas es una "espléndida" obra del maestro holandés Antonio Moro, máximo representante de la corriente flamenca del retrato cortesano, realizada en torno a 1560, poco después de la boda entre Felipe II e Isabel de Valois, que puso fin a las disputas bélicas entre Francia y España.

La segunda obra, ubicada al lado de la otra para que el espectador pueda confrontarlas mejor, es una copia que, poco tiempo después, hizo un discípulo suyo, el pintor valenciano Alonso Sánchez Coello y uno de los principales exponentes del retrato cortesano español.

En ambas obras, ha explicado Novo, se observa el gusto por la sobriedad de la monarquía española en el siglo XVI a través de la austera composición del cuadro propia de la corriente pictórica flamenca: primer plano de tres cuartos de la figura protagonista, retratada sobre un fondo oscuro y apoyada en un pequeño mueble auxiliar.