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Música

Aniversario

Francia recuerda a Edith Piaf, el alma de la canción francesa

Redacción

En el 50 aniversario de su muerte, París recuerda al alma de esta intérprete esencial de la canción francesa con un festival con actuaciones en las calles de los barrios en los que vivió Piaf.

  • Edith Piaf y Marcel Cerda. Foto: EFE

    Edith Piaf y Marcel Cerda. Foto: EFE

Edith Piaf, que empezó cantando en la calle y en cabarets y acabó como artista consagrada que llegó a actuar en lo alto de la Torre Eiffel, murió hace cincuenta años, un aniversario que se cumple este jueves y con el que se rinde homenaje a una de las grandes voces de la música francesa.

París recuerda al alma de esta intérprete esencial de la canción francesa con un festival que hasta el domingo contará con actuaciones musicales en las calles de los barrios en los que vivió Piaf, según ha explicado Bernard Marchois, conservador del museo dedicado a la artista.

Pese a su figura menuda -no llegaba al metro y medio de altura-, su andar patoso y sus vestidos siempre negros, la fuerza encima del escenario convirtió a Piaf en un icono de la canción francesa.

El éxito musical fue acompañado de una cierta leyenda en torno a su figura: en el número 72 de la rue de Belleville de París hay una placa que recuerda el nacimiento de Piaf "en los peldaños de esta casa" cuando, en realidad, nació en un hospital cercano, según su partida de nacimiento.

A los 15 años, la joven parisina empezó a cantar en la calle, donde fue descubierta por el dueño del cabaret Gerny's, Louis Leplée, quien rebautizó a Edith Giovanna Gassion como la "môme" (muchacha) "Piaf" -que, en lenguaje familiar, significa gorrión- y le dio la oportunidad de actuar en su local.

Sin embargo, detrás de su éxito musical se escondían las dificultades, como la muerte de su única hija, Marcelle, y de su gran amor, el boxeador francés de origen argelino Marcel Cerda, que falleció en un accidente de avión. La perdida de su pareja marcó a la cantante francesa, que se dejó llevar por la fatalidad abusando del alcohol y la morfina.

La muerte no puso punto final a su leyenda, ya que los discos de Piaf se siguen vendiendo y en su tumba, situada en el cementerio parisiense de Père Lachaise, cada día hay flores frescas que recuerdan a la interprete de "Je ne regrette rien" (No me arrepiento de nada).

La influencia de Edith Piaf en la música francesa no se explica sólo con su discografía porque la diva impulsó también las carreras artísticas de otros intérpretes, como Charles Aznavour y Georges Moustaki.