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Música

Entrevista

"Quizás tendríamos que llevar el concepto de km 0 a los contenidos culturales"

Natxo Velez | EITB Media

Galder Izagirre ilustra con imágenes la banda sonora de la música vasca contemporánea cada miércoles en "Bidegurutzean", de ETB1. Esta vez, el cronista pasa a ser entrevistado.

  • Galder Izagirre

    Galder Izagirre, director del programa "Bidegurutzean"

Los caminos rectos no suelen ser interesantes, aunque sabemos, a fuerza de que nos lo repitieran machaconamente desde nuestra infancia como si fuera algo bueno, que son los más cortos.

Si convenimos en que el placer suele provenir de recorrer el camino más allá de cuál sea nuestra meta en cada momento, podemos afirmar que en esta vida lo verdaderamente importante ocurre en los cruces de caminos, en las intersecciones que nos abren nuevas sendas y nos ofrecen oportunidades para cambiar de dirección; para parar, tomar aire y continuar por el mismo camino, y, por qué no, para perdernos.

Precisamente, Galder Izagirre, director de "Bidegurutzean", hace converger cada miércoles en ETB1 (22:25) con destreza la música y la televisión, dos viejas conocidas con una relación a veces turbulenta. Y el resultado de esta combinación, de este cruce de caminos, es un programa profundo, innovador, didáctico y verdaderamente atractivo.

Izagirre escoge en cada entrega de "Bidegurutzean" tres solistas o grupos, que acaban tocando juntos (ya hemos disfrutado al unísono y más que bien avenidos de Niko Etxart, Petti y Liher; Evaristo, Dupla y Sua; y Eñaut Elorrieta, Eneritz Furyak y Willis Drummond, por mencionar solo a algunos) y son invitados a una original conversación con el diablo.

Esta vez, hemos convertido al entrevistador en entrevistado, y hemos puesto al otro lado del cuestionario a Izagirre, director de "Bidegurutzean" pero, además, batería (Dut, Kuraia, Berri Txarrak), fotógrafo y, como hemos vuelto a comprobar, excelente conversador.

El programa ya ha hecho más de la mitad del camino en esta por el momento primera entrega. ¿Qué respuesta habéis recogido?

No sé si el feedback que hemos recogido coincide con los datos de audiencia, pero hemos notado una gran respuesta, sobre todo por parte de las y los músicos.

En "Bidegurutzean" hemos visto o veremos a Grises, Eneritz Furyak, Francis Díez, Oki Moki, Mursego, La Polla Records, Dupla, Cobra, Niko Etxart… Desde vuestro planteamiento, ¿qué es la música vasca?

Diría que la música vasca es "esa desconocida". Creemos saber qué hay en la superficie, pero se trata de una escena muy profunda, de la que destacaría que existe una gran pluralidad de estilos y está formada por excelentes músicos. Además, tendríamos que valorar a esos y esas que habitan dentro de las profundidades como tesoros de galeones hundidos.

¿Qué elementos comparten los grupos y solistas que aparecen en "Bidegurutzean"?

El primer elemento que comparten es haber aceptado una propuesta que parecía muy abstracta, así que uno de los elementos comunes puede ser la valentía para aceptar una cita con el diablo.

Otro es su aportación al idioma y a la cultura vasca, cada uno y una desde su estilo y, dependiendo de la edad, desde su experiencia vital. Pero la principal correspondencia es el valor para compartir con los espectadores y espectadoras su pasión por la música.

Amancay Gaztañaga (Grises), Gatibu y Ezpalak tocan "Itzalak" (Ezpalak) en "Bidegurutzean"

Frank Zappa dijo aquello de que "escribir sobre música es como bailar sobre arquitectura". ¿Cómo se lleva la música a la televisión o, al menos, qué criterios os habéis impuesto para ello?

Nuestro criterio para llevar la música a la televisión ha sido el mismo que utilizan los y las músicos para elaborar la banda sonora de una película, pero en la dirección contraria. Hemos puesto imágenes a la banda sonora de la música vasca contemporánea, la hemos situado en un escenario atemporal, en un lugar etéreo ubicado entre la realidad y la ficción donde todo es posible, incluso poder tener una profunda conversación con el diablo.

Hemos intentado explicar la realidad de la música vasca a través de una ficción.

¿Qué riegos y ventajas pueden encontrar los músicos en este salto a la pantalla?

En la medida en que la música en euskera necesita escaparates, creo que la televisión ofrece a los músicos y las músicas más ventajas que inconvenientes, siempre y cuando se respete la libertad de expresión y se ofrezca un ecosistema propicio para la creatividad.

De todas maneras, me parece que los músicos y las músicas se encuentran más a gusto en redes, porque controlan más la exposición y obtienen un feedback más directo.

Dupla, Evaristo y Sua interpretan "Ni descanso, ni paz" (La Polla Records) en "Bidegurutzean"

La mejor manera de mostrar músicos en televisión es, efectivamente, ponerlos a tocar, y así es como los mostráis en "Bidegurutzean", colaborando entre sí. ¿En base a qué criterios escogisteis los tríos de artistas de cada programa?

No ha sido una elección "random". Hemos tratado de cubrir un estilo diferente con cada trío, además de intentar establecer puentes entre los géneros y las generaciones de músicos. A veces ha sido porque compartían un mismo lenguaje musical, en otras ocasiones porque mantenían una misma actitud frente a algo y otras porque el más joven de ellos nos recordaba al mayor en su juventud, por ejemplo.

¿Cómo han o habéis trabajado las colaboraciones musicales que mostráis en los programas?

El trabajo ha corrido siempre por cuenta de uno de los integrantes del trío, ha sido él quien ha preparado las versiones que había que interpretar entre todas y todos. Más tarde, se compartían las versiones a través de grabaciones hechas en el local, y finalmente cada uno de los y las músicos ha tenido que aprender la canción antes del día de grabación.

Ahí también ha quedado claro el empuje de los músicos para sacar adelante tres o cuatro temas sin apenas ensayos y en tan poco tiempo. Ha sido un ejercicio muy peligroso para todos, pero nos ha dado momentos muy frescos e irrepetibles.

Mursego, en la cabina telfónica de "Bidegurutzean"

Además de eso, también habéis invitado a los músicos a una reposada conversación en una cabina telefónica. ¿Qué habéis buscado en esas entrevistas?

Hemos dado tanta importancia a las entrevistas como a las canciones. Queríamos saber qué tienen que decir los músicos y las músicas más allá de la promoción.

Además, si quieren vender su alma al diablo, este tendrá que saber cómo gestiona esa alma que aspira a comprar los momentos más importantes de la vida, las dudas, los miedos, las derivas, las victorias y las derrotas.

Nos han aportado pasajes muy íntimos e interesantes, quizás por la libertad que han encontrado hablando con un desconocido.

La industria musical se asoma a un profundo abismo: cambio de formatos y soportes, la escena alternativa ve amenazada su supervivencia, los hábitos de tiempo libre de los y las jóvenes han cambiado… ¿Te preocupa?

Yo vengo de una cultura musical en la que fue creándose desde cero en todo el mundo una forma alternativa de entender la música. Los y las de mi generación aprendimos a partir de ahí porque nuestros antecesores fueron implementando aquí esa actitud creativa.

La autogestión como concepto suponía una excusa perfecta para empezar a dar pasos. El concepto "Do it yourself" estaba muy asumido, y la idea no era esperar a una gran multinacional o a cualquier otro para que te cogiera de la mano y te llevara de paseo. Si tenías algo que decir, solo hacía falta actitud y energía para avanzar.

Creo que no estamos peor que entonces; de hecho, existen más medios que nunca para que cada uno o una cree y publique su música. Pero es cierto. La pandemia nos ha sorprendido y ha derribado las infraestructuras.

Igualmente, las crisis siempre son propicias para empezar a crear nuevas expresiones artísticas e infraestructuras, y, de la misma manera que en su día la falta de medios y oportunidades trajeron un nuevo movimiento, ahora también tendremos que inventar algo.

A lo mejor hay que cambiar el "Do it yourself" por "Do it together" para poder avanzar y comenzar a entretejer algo nuevo. Cuando no hay nada, todo está por hacer y no hay nada que perder.

Por el contrario, muchos creen que la música vasca brilla más viva, más variada y más fructífera que nunca. ¿Apoya esto el diagnóstico que realizasteis antes de poner en marcha el programa?

En mi opinión, en Euskal Herria se está creando música con menos prejuicios y mayor variedad que nunca. Al mismo tiempo, está el problema universal de que el creador pueda conectar con quien lo escuche o lo vea, dentro de esa red gigante repleta de información.

Quizás tendríamos que llevar el concepto de km 0 a nuestros contenidos culturales.

Olvidemos por un momento las restricciones para elegir grupos y solistas. ¿Qué tres grupos o solistas de cualquier época o procedencia elegirías para que tocaran juntos en tu "Bidegurutzean" ideal?

Juntaría a Laboa y John Coltrane con el grupo Akauzazte.

¿Y a qué tres músicos harías la más suculenta de las entrevistas dentro de la cabina, si estuviera en tu mano?

A Betty Davis, Billie Holiday y Tina Turner, pero también a Maddi Oihenart, Anari y Verde Prato.

Se dice que "sabe más el diablo por viejo que por diablo". Tú llevas ya unos cuantos años en la música, desde muchos enfoques: batería, radio, televisión, fotografía… ¿Qué le dirías a alguien que coge por primera vez un instrumento?

Normalmente, aquello que hacemos mejor es lo que más nos divierte y viceversa. Así que le diría que busque siempre esa sensación, ya que eso es lo que nos hace productivos. Cuando deje de divertirse, que deje todo y busque algo que le vuelva a trasladar esa sensación.

Desde tu experiencia, ¿cómo cambia tocar la batería cuando ese es tu trabajo (Berri Txarrak) o cuando tocas por el propio placer de tocar como, por ejemplo, ahora?

Desde el primer momento que llevas dentro el gusanillo de la música, no hay distinción entre profesional y amateur. Siempre prevalecerá el simple placer de tocar.

Cuando tocas a nivel profesional, ese placer tiene diferentes recompensas, pero, a su vez, siempre tienes que tener algún objetivo en el horizonte, y eso te puede llevar a veces a sentir ansiedad.

De todas formas, todas las situaciones tienen dos caras, y, ahora que no toco a nivel profesional, el propio hecho de no tener objetivos es un objetivo en sí mismo. Por lo tanto, sigo alimentando ese gusanillo de la música con el propio placer que me da tocar.

¿A cambio de qué venderías o has vendido tu alma al diablo?

Me gustaría responder que mi alma no está en venta y que no hay dinero en el mundo que la pueda comprar, pero cada día alimentamos el motor del capitalismo salvaje con pequeñas cosas cotidianas y no se me ocurre una metáfora más adecuada sobre vender el alma que pueda negarlo.

Eso no quiere decir que en un futuro cercano no vayamos a tener una forma de vida más sensata y podamos así recuperar nuestras almas. Así que te diría que no he vendido mi alma, sino que la he perdido, porque es más fácil encontrar algo perdido que volver a comprar algo que has vendido.

Presentación del programa "Bidegurutzean" en el BEC