Baskonia
Radio Vitoria opina
Los aficionados al baloncesto golean a la del fútbol
Iñaki Garaialde
Radio Vitoria
En un partido de fútbol se armó la de dios es cristo entre aficiones, intervención policial incluida. Todo lo contrario ocurre con los aficionados que asisten a ver la Copa del Rey al BEC.
Sigo flipando con el comportamiento de las aficiones siguiendo a sus equipos deportivos. No por acompañar a éste o aquel allá donde vaya, sea febrero o septiembre, que también, sino por la forma de hacerlo.
Me explico, y es que el jueves por la noche sin ir más lejos, a menos de 200 metros desde donde escribo, en un partido de fútbol se armó la de dios es cristo entre aficiones, intervención policial incluida. Los anormales que todo colectivo tiene, tienden a elegir espacios y eventos para reivindicar sus discapacidades mentales, y al parecer entra dentro de la categoría de lo habitual/previsible que eso suceda en un campo de balompié. Lo más penoso del tema es que lo habitual adquiera rango de normal.
Cuando lo normal debiera ser lo que está sucediendo, desde siempre, en los eventos coperos como el que tan estupendamente se está celebrando en Bilbao. Es decir, ocho aficiones ocho, en su mayoría numerosas, que se dan cita en un recinto cerrado, cada una animando a su equipo, cada una con sus cánticos y colores, que mantienen sus rivalidades irreconciliables por los siglos de los siglos y que no tienen ningún problema en sentarse una al lado de la otra, una roja y otra negra, y que al final ya no sabes quién es de quién porque llevan la bufanda de uno, la camiseta de otro, los colores del equipo de allá pintados en la cara, todos juntos y con un excelente buen rollo.
Pero me van a permitir que cierre el comentario de hoy con este párrafo dedicado a la afición baskonista, que no sólo vive en Gasteiz. La conozco desde hace tiempo y no deja de sorprenderme. Siempre con el equipo y sobre todo en los momentos importantes, pero siempre con el basket, a favor del basket, del buen rollo con las demás aficiones y haciendo lo que más le gusta: pasárselo bien. Esta actitud baskonista se traslada a la cancha, los jugadores la notan, la agradecen y la asumen como propia. Esa relación inalámbrica con el equipo, ese comportamiento en las gradas con las demás aficiones, y esa forma entender el deporte, me tienen flipado porque, entre otras cosas, me llena de orgullo.