Rescribir una vida ahogada en alcohol

Un informe reciente del Ararteko reconoce que el acceso a las drogas, tanto legales como ilegales, resulta "relativamente fácil" para los jóvenes. El alcohol es, además, una de las drogas de consumo más precoz: el 40,5% de los escolares vascos lo ha probado y el 25% lo consume con frecuencia.

Daniel, miembro del grupo Ibaia de Alcohólicos Anónimos de Orio, era muy joven cuando comenzó a probar el alcohol. Hoy se considera "una persona normal" pero reconoce que la bebida le llevó a considerar "que no era nada; estaba confundido, resentido, vacío". También se resintió su salud, perdió el trabajo y la relación con sus hijas.

Fue una de ellas la que intentó abrirle los ojos. Tras un trabajo de clase su hija "se dio cuenta de que no tenía un borracho en casa, sino un enfermo". Pero Daniel tardó en asimilar esta información; el alcohol podía más que él.

Hoy, tras seis años y medio sin consumir, cuenta a "La Noche Despierta" los detalles de su historia y lanza un mensaje a quienes ahogan su futuro en el alcohol: "Que no tengan miedo ni vergüenza y que aprovechen la ocasión porque hay una vida por delante".

También los familiares y amigos de la persona alcohólica necesitan apoyo. Los grupos Al-Anon consideran que "el alcoholismo es una enfermedad de la familia y que un cambio de actitud puede ayudar a la recuperación". Mari Carmen, esposa de un enfermo alcohólico sobrio desde hace 25 años, cuenta que en las reuniones comparten "esperanza, fortaleza y experiencias". Reconoce que "convivir con el enfermo desquicia, nos produce angustia, ira, resentimiento, y también nosotros acabamos enfermos". Desde la confidencialidad, las reuniones en Al-Anon le han ayudado a entender. Mari Carmen advierte que como familiar hay que "aprender a afrontar y no sufrir la enfermedad". Al-Anon también le ha ayudado a "recuperar la comunicación y la convivencia" con su pareja.