Los efectos de la violencia en la salud

Casi un millar de profesionales sanitarios recibe clases en higiene de manos. Capítulo de medicina preventiva, al que nos podríamos sumar cualquiera de nosotros. Tal vez sea éste el principal remedio para muchos males. Conviene por tanto echar mano de la insistencia que ya destilan los visitadores médicos.

Ahora el gremio prueba con otros productos: por ejemplo yogures de importantes firmas de alimentación que admiten emplear comerciales para convencer a médicos sobre las bondades de sus productos.

Y mientras esto ocurre en las consultas, en las altas instancias comunitarias, el Gobierno español propone que la Unión Europea restrinja el llamado turismo sanitario. Es decir, que una persona viaje a otro país de la Unión para recibir tratamiento.

Actualmente, sucede con residentes y en ese supuesto España cobra un fijo a sus países, usen o no el sistema sanitario. También puede suceder que estemos ante el accidente de un turista que sólo tiene derecho a atención de urgencias y la factura se cobra al país de origen.

Pero además, en este espacio de salud ahondaremos hoy en la incidencia que sobre la salud tiene la violencia en Euskadi. La noche de las víctimas es el resultado de una trabajo de investigación en la salud de ésta.

La Sociedad Española de Epidemiología, las Asociaciones de Neuropsiquiatría y la Asociación Vasca de Salud Mental. Un estudio que nos permite concluir que la violencia es un problema de salud pública porque perjudica la salud de sus víctimas de manera significativa con una efectos que no cesan en el momento en que se apaga. Sus efectos pueden perdurar hasta décadas después con límites en sus capacidades para relacionarse, trabajar o desarrollar proyectos acordes a sus potencialidades.