Nietos de la Plaza de Mayo: 'El mundo nos dio la espalda'

Esta semana se vuelve a sentar en el banquillo el ex comandante y dictador argentino Rafael Videla. Ocho son los imputados en la desaparición y cambio de identidad de 34 menores de diez años; un proceso por el que pasarán unos 370 testigos y que también juzga al dictador Reinaldo Bignone. El juicio tiene como objetivo demostrar que existió un "plan sistemático" para robar hijos de desaparecidos. Se estima que los menores nacidos en cautiverio y entregados en adopción ascienden a más de 500.

"Era necesario ver a estas personas acá juzgadas", dice Alejandro Pedro Sandoval, "porque en Argentina una parte de la sociedad no cree en lo que pasó". El caso de Alejandro es uno de los incluidos en el sumario ahora abierto. Él se convirtió "en el orgulloso nieto 84" de un total de 102 personas que han logrado recuperar su identidad gracias a la labor de las Abuelas de Plaza de Mayo y el "Banco de Datos Genéticos". "Cuando uno ve la verdad, por más dura que sea, siempre te va a liberar", dice Sandoval.

Y es que, a pesar de que fue la justicia la que conminó a Alejandro a hacerse las pruebas de ADN, hoy día en su blog se sincera y dice: "Me doy cuenta de que mis viejos me dejaron la familia más grande que un ser humano puede tener. A pesar del dolor, yo tengo 100 hermanos que están, que existen en mi memoria (...) Tengo miles de tías y miles de tíos (...) Algunos muy allegados, porque compartieron con mis viejos la militancia y otros compartieron el cautiverio. Hoy tengo un montón de abuelas y madres que con tan solo verme, me llenan de abrazos y besos. Si ellos supieran la inmensa familia que nosotros tenemos y que ellos de ser hijos de desaparecidos tienen, van a tomar la misma determinación que tomé yo".

"La Noche Despierta" de Radio Euskadi ha escuchado también el testimonio de Jimena Vicario. Tenía ocho meses cuando fue secuestrada. Su madre viajó a Buenos Aires para tramitar el pasaporte que le permitiría viajar a España y nunca salió del recinto policial. "Un juez firmó una adopción plena sabiendo quién era yo y no comunicándolo. La justicia, obviamente, estaba trabajando junto con el Gobierno Militar, y a esa gente no se la está juzgando", denuncia Jimena.

"Lo que la gente no tiene idea es que era una fábrica de niños", explica Jimena Vicario. "Secuestraban a chicas lindas, jovencitas y embarazadas; las tenían durante meses en condiciones deplorables hasta que parían, muchas veces encapuchadas y encadenadas, para matarlas apenas daban a luz".

Es el relato crudo, historias reales "que han destruido familias enteras".