Primer centro de investigación para los colectivos infantiles

En vez de la cúspide, el secreto está en la base. Suena extraño pero el símil lo explica a la perfección. Tras superar una licenciatura, los postgrados o master suelen completar la formación. Sin embargo, la educación preescolar se llena de programas de estimulación temprana. Es ahí donde encontramos la labor de este centro de la Fundación Nuevas Claves Educativas.

Se potencian al máximo las potencialidades de niños de entre 0 y 3 años en sesiones donde están acompañados por sus padres, los encargados de proseguir esta tarea ya en casa.

Entre los trastornos que abordan la dislexia, en un 40% de los casos de origen genético, que dificulta el aprendizaje de la lectura y escritura. No tiene cura pero un diagnóstico precoz puede ayudar. A ella le deben mucho. Fue esta discrepancia entre el potencial de aprendizaje y el nivel de rendimiento de un sujeto la que provocó el nacimiento de la Fundación. Un grupo de padres con niños que padecían el mismo problema se desplazaron en 2000 a Madrid para recibir un tratamiento pionero.

A día de hoy, aquel viaje fue en parte el germen de lo que hoy es Fundación Nuevas Claves Educativas y las escuelas infantiles asociadas a este proyecto que trabaja el potencial de los más pequeños desde el trilingüismo y la participación de las familias. Una etapa, la infantil, que es clave: los 3 primeros años de la vida de un niño corresponden con aquellos de mayor plasticidad y crecimiento cerebral. De ahí que su trabajo persiga la estimulación multisensorial para desarrollar al máximo sus potencialidades.

Al tiempo, la entidad se constituye en Centro de Investigación sobre el aprendizaje, con vocación mundial llamado a aprender en los grupos de interés.