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Capitolina Díaz: "La ciencia no ha amado a las mujeres; cómo va a amar lo que desconoce"
La expresidenta de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas de España asegura que "las actividades científicas están tintadas por el sexo y género de la persona que hace la investigación y de las personas objeto de la misma", cues afecta a la fiabilidad de los resultados.
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Capitolina Díaz. Fuente: Distrito Euskadi
18:51 min
"La ciencia no nos ha amado a las mujeres. Poco a poco la forzamos a que nos ame un poco más", asegura Capitolina Díaz, catedrática en sociología y expresidenta de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas de España. La ciencia, explica, desde tiempos de Aristóteles, se ha desarrollado en sociedades de supremacía masculina, haciendo que toda investigación partiera de un hombre o se enfocara sobre un ser vegetal o animal masculino. "Eso quiere decir que la ciencia no se ha fijado en que hay diferencias notables en muchos aspectos entre los hombres y las mujeres. Entonces, ¿cómo vas a amar lo que desconoces? Es imposible", advierte.
Ponente en la primera jornada Género y Comunicación de la Ciencia, organizada por la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco, Díaz ha explicado que esa falta de consideración de las diferencias hace que "las actividades científicas estén tintadas por el sexo y género, tanto de la persona que hace la investigación como de las personas que son objeto de esa investigación", y esa circunstancia podría poner en duda la fiabilidad de los resultados. Lo dice la propia ciencia, asegura, con trabajos que evidencian cómo un ratón objeto de investigación se estresa más si el investigador que lo manipula es hombre. "¿Qué no nos pasará cuando hacemos una investigación con humanos?", se pregunta.
Recuerda Díaz que en España las mujeres no pudieron entrar en la universidad hasta 1910 y que aún se tiene la idea de que las mujeres "no tenemos la formación científica que tienen los hombres". De hecho, aunque el 52% de las tesis doctorales actuales la firman mujeres, "aún no llegamos a los puestos más altos; aún creemos que quienes tienen aptitudes para ser científicos son los hombres", subraya. Un fenómeno que ella bautiza como histéresis social de género.
"Esta travesía en el desierto no ha terminado ni estamos en un oasis", apostilla Pili Kaltzada. Para la periodista y experta en estrategia comunicativa "en muchos ámbitos las mujeres tenemos que hacer un enorme esfuerzo para abrirnos hueco". Por eso apuesta por "buscar oportunidades para que nos veamos en el centro del campo; y sobre todo, disputándolo". Por ejemplo, aprovechar "los espacios de precariedad" donde no hay pelea de poder y de visibilidad o reconocimiento: "Ahí las mujeres hemos tenido capacidad de desarrollar estrategias que explican cómo nos hemos ido haciendo fuertes a lo largo de la historia; ha sido día a día, a pico y pala, en todos los espacios en los que la visibilidad es moneda social". Otra herramienta: la estrategia de la "caja de resonancia": mujeres científicas o vinculadas a la ciencia citando a otras mujeres científicas. "Si hacemos nosotras mismas resonancia sobre nuestra propia red, la ponemos al servicio de un nosotras en plural", explica.