Ganbara - De Cerca
FOTOGRAFÍA
"Mencionar al autor es inherente a la fotografía, no es un regalo"
"Necesitamos cobrar nuestro trabajo, la hipoteca no se paga con likes". Reunimos a Imanol Zuaznabar, David de la Iglesia, Igor Cruchaga y Natalia Aguado, captadores de momentos únicos.
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Natalia Aguado, David de la Iglesia e Igor Cruchaga
54:32 min
Ganbara de Cerca ha reunido a cuatro ases de la cámara. Entre los cuatro suman miles de seguidores/as en redes sociales y un catálogo de cientos de imágenes que rezuman magia; el resultado de un maridaje perfecto entre paciencia, técnica y, sobre todo, talento. Imágenes que, en muchas ocasiones, son utilizadas por terceros sin autorización o pretenden ser aprovechadas sin contraprestación. "Necesitamos cobrar nuestro trabajo" porque "la hipoteca no se paga con likes".
Imanol Zuaznabar es geógrafo y fotógrafo profesional, un "apasionado de la naturaleza extrema en todas sus vertientes" y de los fenómenos meteorológicos, como revela su amplio porfolio. Su primera cámara fue una FUJI A330: "La mandé al servicio técnico y me la devolvieron con una nota diciendo que estaba fuera de garantía porque estaba estropeada por uso abusivo".
Bajo una tormenta conoció Zuaznabar a Igor Cruchaga, alma mater de la Productora Audiovisual ‘Dando Al REC’. En entrevista con Ganbara, Igor ha confesado haber echado mucho de menos poder moverse con libertad en el último año: "Lo que más me llevo de la fotografía de paisaje, más que las fotos, son las aventuras y la gente con las que las comparto".
Para Natalia Aguado, a quien encontramos como @IrreBerenTe en Instagram, la fotografía le sirve de "terapia mindfulness". "No como de la fotografía –explica– pero cuando miro por el visor desconecto del mundo; la mente parlanchina se silencia y se disfruta del aquí y ahora".
De la misma opinión es David de la Iglesia. Licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas, suma más de una década de experiencia profesional creando imágenes de calidad para diseño web, redes sociales o branding. Cuenta que le encanta "probar todo tipo de fotografías", e incide en que los momentos de luz fugaces, de los que disfrutan tras el objetivo, también les ayudan "como terapia de vida; hay que aprovechar cada instante porque pasa y ya no vuelve".
