La Jungla Sonora
Música
Monográfico sobre el álbum "Dioptría", reeditado casi 50 años después
Monográfico de Fernando Gegúndez sobre el álbum "Dioptría" (1970), reeditado casi 50 años después con su gira correspondiente. El artista catalán publicó la segunda parte varios meses después.
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El álbum "Dioptría" (1970) y su inclasificable creador, Pau Riba.
58:36 min
# 6.274: monográfico de Fernando Gegúndez sobre el álbum "Dioptría" (1970), reeditado casi 50 años después con su gira correspondiente. El artista catalán publicó la segunda parte varios meses después. Pau Riba es un provocador inclasificable, icono del freak-rock catalán, disonante en actitud y en música, procaz y orgulloso y con un sentido creativo nada común. Excelentemente tratado por la prensa especializada del momento. Vibraciones y Disco Exprés editaron mucho sobre el.
Llega ahora la Reedición con gira de presentación de esta obra magna y prima de su discografía abundante, aún adscrito (muy heterodoxamente) al folk, pero mucho más lejos, con una extraña confluencia entre canción étnica a veces psicodélica, asimilación rock y algunos toques de progresivo.
Pau Riba nació (accidentalmente) en Palma de Mallorca en 1948, en el seno de una familia pequeño burguesa perteneciente a la aristocracia intelectual catalana. Su abuelo era el poeta Carles Riba, su abuela la poeta Clementina Arderiu y, entre los amigos de la familia, se encontraban personalidades como Salvador Dalí. Reniega de esa familia pero también se deja influir por su vena culta y literaria. Un surrealista que fue parte del Grup de Folk en contraposición al elitista Els Setze Juguets. Con él estaban Sisa y los hermanos Batiste. Aprovechando ese resquicio dejado por la dictadura, el de que permitieran cantar en catalán aunque no permitieran hablarlo, Pau Riba incorporó a sus canciones palabrotas, mofas a la monarquía o referencias explícitas a la república que, curiosamente, pasaron la censura sin ningún problema. “Creo que, por un lado, ni Jaume Sisa ni yo, que en este aspecto vamos en paquete, hemos sido activistas del asunto, como podían serlo Raimon o Lluís Llach, por lo que nos tenían catalogados como no conflictivos. Por otro lado, al ser ambos de tendencia surrealista, no captaban por dónde iban nuestros tiros. Es decir, no nos entendían y daban el visto bueno sin meterse a fondo".