La Jungla Sonora
Música
Especial sobre Hotel California: Cantautores y vaqueros cocainómanos en Laurel Canyon
A.P. & J.M. | EITB MEDIA
El texto de Barney Hoskyns, periodista especializado en el mundo del rock, cuenta los entresijos del mundillo musical de Los Angeles entre 1967 y 1976 con una abrumadora abundancia de personajes
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Portada y contraportada del libro al que se dedica el programa.
60:20 min
# 6.507: monográfico sobre el libro Hotel California: Cantautores y vaqueros cocainómanos en Laurel Canyon (Contra, 2021) de Barney Hoskyns, con guion de Andrés Portero. La Jungla Sonora aprovecha la publicación de este este texto para recuperar la histórica música que protagonizaron en los cañones de California, entre mediados de los 60 y los 70, estrellas como James Taylor, Joni Mitchell, Gram Parsons, Eagles y James Browne, entre otros. Las colinas de Lauren Canyon, en lo alto de la ciudad de Los Ángeles, fueron testigo de uno de los momentos musicales más mágicos de la música popular, el de un movimiento de cantautores y rockeros vaqueros como Neil Young, Eagles, Joni Mitchell, CSN, The Byrds, Jackson Browne o Gram Parsons que marcaron una década, entre mediados de los 60 y 70. Hotel California. Cantautores de vaqueros cocainómanos en Laurel Canyon, publicado por la editorial Contra, es un libro del reputado crítico y escritor Barney Hoskyns que nos lo cuenta todo sobre la conversión de unos vaqueros hippies en dinosaurios podridos de dinero y ahogados por toneladas de alcohol, egos y drogas en 400 puntillosas y maravillosas páginas.
Póngamonos en situación. El sonido Laurel Canyon se forjó, a mediados de los 60, cuando una generación de músicos dio la espalda a Nueva York y a su escena folk del Greenwich Village, de la que surgió Bob Dylan, y se asentó en el cañón homónimo, en las colinas de Los Ángeles, cerca de la urbe pero en plena naturaleza. Un espacio “sinónimo de libertad y Shangri-La para melenudos”, según el autor del libro, y “paraíso de freakies” para Frank Zappa. Allí, en aquellas montañas que acogían a comunistas, se fue asentando una comunidad de jóvenes hippies, libertinos y talentosos artistas que pasaron de la inocencia acústica al desenfreno drogota.