La mecánica del caracol
Ciencia
La semana del cerebro del BCBL analiza la dislexia y retos para la arquitectura
Mikel Lizarazu, del BCBL, repasa las investigaciones iniciadas sobre el trastorno de aprendizaje de la lectura. Desarrollo sostenible, el gran reto para la arquitectura. Aves durante el confinamiento.
-
Semana del cerebro - BCBL
54:22 min
Hoy comenzamos el programa hablando de dislexia, un trastorno del aprendizaje de la lectura presente en un 5 a 7 por ciento de la población. Las dificultades para leer y escribir en la edad escolar, si no se detectan a tiempo y se recibe ayuda profesional, pueden llevar al fracaso escolar. En el centro vasco de cognición cerebro y lenguaje tienen abiertas varias líneas de investigación para entender qué ocurre en el cerebro de una persona disléxica y han encontrado relación con procesos auditivos. La dificultad para leer se relaciona con la dificultad para asociar los sonidos de las palabras a su representación gráfica. Sobre este tema charlamos con Mikel Lizarazu, investigador del BCBL que participa este fin de semana en unas charlas de divulgación organizadas por este centro de investigación organizadas con motivo de la Semana del cerebro.
El geólogo Antonio Aretxabala nos propone conocer retos a los que se enfrenta la arquitectura, retos muy ligados a la necesidad de dar respuesta a los objetivos que marca la agenda 2030 para el desarrollo sostenible. Un cambio de paradigma después de varias décadas de cultura del ladrillo. En esta charla le acompaña Daniel Maestu, responsable de formación en Alava y Navarra del Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro, donde se ha desarrollado un curso on line sobre estos temas.
El 15 de marzo de 2020, justo un día después de declararse el estado de alarma y el confinamiento, se puso en marcha el proyecto #JoMeQuedoEnCasa de la plataforma ornitho.cat. Un año después, se publican los resultados científicos de este proyecto vinculado a la observación de aves urbanas, fruto de la colaboración entre el Instituto Catalán de Ornitología (ICO) y el CREAF. Las conclusiones muestran que los cambios inducidos por el confinamiento fueron demasiado drásticos y repentinos y no duraron lo suficiente para permitir procesos de colonización. Al menos durante el primer mes del confinamiento, no había más pájaros, sino que los oíamos y veíamos más porque cambiaron muy rápido su comportamiento y pasaron a ser mucho más activos las primeras horas del día, según explica Sergi Herrando, investigador del CREAF y del ICO.