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Macrobiótica

TRABAJO A TURNOS

Nerea Zorokiain nos da unos consejos alimenticios para el trabajo a turnos

La experta en nutrición y responsable del Centro Macrobiótico Nishime, de Iruña, nos aconseja los momentos de cada una de las comidas y qué alimentos tomar para mantener el equilibrio orgánico

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Alimentación en trabajo a turnos

¿Qué pasa cuando nuestro ritmo de vida depende de los turnos del trabajo?

 A nivel energético nuestro cuerpo está conectado directamente  con los ritmos del universo que nos rodea. Los animales se despiertan al amanecer y a la noche se acuestan. Lo mismo pasa con las plantas. Algunas de ellas tienen ¿ores que se cierran por  la noche y se abren a la mañana. Este debería ser el ritmo natural. El problema es que en muchas ocasiones, la vida nos coloca en situaciones que  no son el “ideal” para nuestra salud y debemos acoplarnos de la mejor manera posible.

¿Que se consideraría un horario adecuado para gozar de buena salud? Primero debemos ¿jarnos en que época del año estamos, porque seguro que todos sabemos que en verano hay más horas de luz y en invierno menos así que esto debería traducirse en más y menos actividad. Lo ideal sería despertarnos al amanecer y tomar un desayuno que este cargado de energía para poder afrontar el día completo. Al mediodía que sería entre las 12:00 y las 14:00 horas como muy tarde, tomaremos la comida que debe contener una alimentación variada con cereal, legumbre, verdura. Un plato completo con todos los nutrientes. A partir de las 4 de la tarde, el nivel energético comienza a descender y el cuerpo comienza a guardarse y además de bajar nuestra actividad, también el cuerpo nos pide menos alimentos porque nuestros órganos también comienzan a tener una actividad menor. La cena debería ser sobre las 20:00 de la tarde y siempre 2 horas antes de acostarse. Hacer la digestión antes  de ir a dormir, nos va a permitir descansar mejor para poder recuperar nuestras fuerzas. Si no conseguimos hacer la digestión antes, muchas veces nos despertamos más cansados y sin hambre y en consecuencia salimos de casa sin desayunar y, en de¿nitiva, arrastramos un bajón energético por la falta de un buen desayuno.

Esto está muy bien pero… Cuando no podemos llevar este ritmo cómo podemos encontrarnos mejor? En el momento que la vida nos pone delante otra realidad hay que adaptarse.

Si haces turno de mañana:

 -Desayunar antes de salir de casa sobre las 5:30 -Almorzar o picar algo sobre las 9 -10 y comer si se puede antes de salir o justo nada más salir. Si comemos nada más salir, el almuerzo debe ser más abundante y puede hasta contener una especie de menú completo

Si haces turnos de tarde:

-El desayuno lo haríamos a la hora normal -La comida debería ser antes de ir a trabajar, merendar bastante a media tarde y cenar muy ligero, una sopa, unas verduras. Algo de muy fácil digestión para poder ayudar al cuerpo a relajar.

Si haces turnos por la noche:

-El desayuno lo haremos al salir del trabajo pero en vez de contener mucha cantidad de cereal integral, será liviano  como un té y un plato de verdura escaldada… Es importante ayudar al cuerpo a descansar ya que será el momento donde nos vamos a dormir así que si le metemos cereal integral que nos ayuda a la actividad o algo muy pesado no vamos a descansar bien. -A la hora de la comida será cuando hagamos una comida completa, con mas cantidad de cereal -La hora de la cena en este caso como tenemos tiempo para hacer la digestión y además necesitamos energía para seguir con el trabajo podemos añadir cereal integral y hacer una cena un poco más completa.

Aun así, equilibrarse cuando cambiamos de turnos semanalmente es muy complicado ya que el cuerpo no es capaz de adaptarse en tampoco tiempo. Es más bene¿cioso hacer siempre el mismo turno, aunque sea de noche, que no ir cambiando cada semana.

Receta de la semana:

Crema de chirivía y mijo

 

Ingredientes:

 

¿ 1kg de chirivias

¿ 1 cebolla

¿ 100gr de mijo

¿ miso de arroz o cebada

¿ aceite de oliva

¿ unas gotas de zumo de jengibre

¿ sal

¿ semillas tostadas para la presentación

 

Poner el mijo a remojo en agua durante 3 horas como mínimo. Yo lo suelo poner de un día para otro porque me resulta más práctico. Una vez remojado, tirar el agua de remojo y reservar el mijo. Cortar la cebolla en medias lunas. Las chirivias lavarlas y cortarlas en láminas. Poner una cazuela al fuego, cuando esté caliente añadir un carrito de aceite de oliva, la cebolla y un poquito de sal. Ten en cuenta que después vamos a añadir miso, por lo que no es necesario poner mucha sal. Pasados 5 minutos, añadir las chirivias, mezclar bien e incorporar el mijo. Cubrir con agua abundante y dejar cocer con tapa durante 20-25 minutos. Pasado este tiempo triturar incorporando el zumo de jengibre. Para ello rallar un poquito de raíz de jengibre, pon la pulpa que has rallado en la palma de tu mano, ciérrala y aprieta para exprimir el zumo. Para incorporar el miso, debemos hacerlo con la crema caliente. Saca un poquito de crema en un bol, añade el miso, disuelve bien y vuélvelo a incorporar a la crema. Si preparar crema para varios días el miso lo debes añadir a la cantidad que te vayas a comer en ese momento, no a toda la cazuela. La cantidad de miso varía mucho dependiendo de la personas y la estación. Como medida orientativa te diré una cucharadita por sopa o crema y persona. Puedes servir con unas semillas tostadas de sésamo, girasol o calabaza por encima y un chorrito de aceite de oliva.

 

Nishime.org