Radio Vitoria
Crónica de Araba
Otoño caliente con hormonas alteradas
J.Barredo EITB-MEDIA
Vivimos un otoño caliente con hormonas alteradas. Las altas temperaturas excitan los ánimos y las perturbaciones dejan huella en el ámbito laboral, en círculos políticos, institucionales y en la actualidad deportiva. Michelín, Ayuntamiento, Partido Popular y Deportivo Alavés son ejemplos evidentes.
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Manifestación de los trabajadores de Michelín en Vitoria-Gasgteiz
3:17 min
Michelín, uno de los dos buques insignias del cinturón industrial vitoriano - el otro es Mercedes Benz), padece un principio de irritación hormonal. Ha sorprendido el anuncio de un reajuste en la producción de dos mil toneladas menos de neumáticos. No es alarmante si se se trata de una caída puntual, coyuntural, ya prevista incluso en la cartera de pedidos. Sin embargo, resulta inquietante cuando desde la dirección de la multinacional francesa se apunta a una pérdida de confianza en la histórica planta de Gasteiz por su conflictividad laboral. Desde el comité se habla de una maniobra de presión de la empresa para condicionar la votación entre los trabajadores con el fin de decidir si se mantienen dentro del intercentros o buscan mejoras bajo el marco de otro convenio. No hay unanimidad. Todo parece formar parte de las tensiones propias de un proceso negociador en el que conviene que la testosterona de la embestida y la dominación deje paso a la serotonina, que regula el control de las emociones y estados de ánimo.
En el Ayuntamiento de Vitoria, la alcaldesa, Maider Etxebarria, ha sustituido el tradicional pleno del debate sobre el estado de la ciudad por una sesión para presentar el programa de gobierno. La edil socialista preside un gobierno en minoría, en coalición con El Partido Nacionalista Vasco. Pero sólo cuenta de entrada con una mayoría absoluta; la del mayor número de mujeres en la renovada corporación municipal. Los cinco grupos políticos cuentan con el liderazgo de cinco mujeres que tienen, entre otras cosas, el reto de alcanzar acuerdos, algo en lo que sus compañeros no han brillado en años precedentes, y , en caso contrario, generar un clima alejado de la patética virilidad exhibida en ruidosos debates baldíos. Otra forma de hacer política. Todavía es pronto para saberlo. Las Ordenanzas Fiscales, El Plan General de Ordenación y los Presupuestos les pondrán a prueba.
Alberto Núñez Feijóo quiere restablecer con Javier de Andrés, el desequilibrio hormonal del Partido Popular en el País Vasco. Los altos índices de testosterona que tradicionalmente segregan los cuarteles generales de Génova en Madrid han calcinado en los últimos años los neurotransmisores de Alfonso Basagoiti, Arantza Quiroga y Alfonso Alonso. Todos ellos hoy fuera del metabolismo orgánico del Partido Popular. Pablo Casado rescató del olvido en tiempos de pandemia a Carlos Iturgaiz para que agotara una segunda oportunidad al frente del PP Vasco. La llegada de Feijóo puso en marcha la cuenta atrás en el reloj del político de Santurce. Javier de Andrés va a necesitar fuertes dosis de oxitocina, hormona de la empatía, para rearmar y reanimar al Partido Popular.
El Deportivo Alavés necesita sintetizar las endorfinas que le hagan olvidar los errores arbitrales y las inhibiciones del VAR para segregar la dopamina que mejore su eficacia en las áreas rivales. Los tropiezos y las injusticias en primera penalizan y la falta de acierto genera ansiedad. Pero una vez metabolizados los errores, en Mendizorrotza se espera que los García Plaza liberen las hormonas de la felicidad segregadas en el hipotálamo del cerebro albiazul y la adrenalina haga vibrar las gradas del estadio del Paseo de Cervantes. Vivimos un otoño caliente con las hormonas alteradas.