La Columna de José Félix Azurmendi (22.11.2014)

Semana de aniversarios, propicia para echar la vista atrás

Comenzemos con algo no habitual en estas crónicas sabatinas, como es la muerte de la aristócrata más relevante de las Españas, con la muerte de María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y Silva.

En Flandes atemorizan a los niños diciendo que va a venir el Duque de Alba. Creo recordar que Mario Onaindia lo menciona en su libro “Grand Place”. El duque en cuestión es el tercero, de nombre Francisco Alvarez de Toledo y vivió sus setenta y tantos años en el Siglo de Oro español, es decir, en el XVI y con Felipe II. En los siete años de destino en los Países Bajos masacró y arrasó a discreción, pero siempre en servicio de España y su Rey. Murió sin remordimientos en Lisboa, le dijo a su confesor que sólo había degollado herejes y rebeldes.

La mayor parte de los bienes y propiedades de la recién fallecida Duquesa de Alba se explican en las recompensas reales por los buenos oficios político-militares de la familia, también por supuesto en Euskal Herria. Ha muerto Cayetana en paz con su conciencia y haciendo lo que le daba la gana, se ha subrayado. Tenía un ramalazo vasco que su apellido Gurtubay delataba. He oído que tal apellido lo había heredado de un comerciante bilbaíno que el error en un pedido de bacalao le hizo riquísimo: le mandaron más de lo que pretendía, y cuando se lamentaba de ello se topó con aquel sitio de Bilbao que sus vecinos pudieron superar gracias a la abundancia del bacalao recibido por err

Lazos de la Duquesa de Alba con lo vasco, aparte de algunos veraneos en Donostia

Puestos a relacionar al personaje con lo más cercano, como aconseja la norma periodística, a mi juicio hubiera sido más interesante recordar a la Carmen Gurtubay y Alzola, marquesa de Iurreta y prima carnal de la madre de Cayetana, que falleció en París en 1959, a los 48 años, tras una vida fascinante. Como su parienta, se casó tres veces: la primera con un Merry del Val y Alzola, nacido en Bilbao y con un cardenal en la familia que le anuló en matrimonio alegando que se trataba de un casamiento entre primos. La segunda vez, con Ángel Fernández de Liencres, Marqués de Nájera, y la tercera, por amor, con un canadiense que conoció en el Bar del Ritz de París. A su prematura muerte, la Cámara del Congreso de los Estados Unidos dijo de ella que había sido una “agente de mayor rango al servicio de las Fuerzas Aliadas” en la Segunda Guerra Mundial.

Lo que el Congreso no dijo es que había mantenido una rica relación epistolar con Manuel Irujo, ante el que reivindicaba su condición de vasca gamboina, y una relación directa con el canónigo Alberto Onaindia, el padre Olaso de Radio París, con el que compartió la creación en Berlín, en 1950, del Congreso por la Libertad de la Cultura, aquella Fundación sufragada por la CIA para contrarrestar la influencia de los intelectuales constituidos en compañeros de  viaje de los comunistas. Carmen Gurtubay se hizo republicana, se exilió, espió, vivió con pasión y prisa. Aprovecho la muerte de su prima para recordarlo.

Aniversario de la muerte en atentado de Santhi Brouad

Anteayer se cumplían treinta años de la muerte en atentado, mientras atendía a un bebé en su consulta de Pediatría de Bilbao, de Santhi Brouard. Se cumplían también veinticinco de la muerte de Josu Muguruza en otro atentado, en Madrid. Además de recordar que nadie está en prisión por ellos, como sucede con todos los que han matado bajo la etiqueta tramposa de extrema derecha, me ha llamado la atención la incapacidad demostrada por los medios para reflejar el texto y contexto en el que tuvieron lugar. No se lo reprocho, no me extraña, resulta imposible resumir en unas breves reseñas aquel clima, aquella actividad violenta de los ochenta. Tampoco lo intentaré yo aquí. El 20-N es también la fecha en que murieron José Antonio Primo de Rivera y Francisco Franco, y Rafa Larreina ha recordado en el Parlamento español que igualmente murieron en atentado en esta fecha tres guardias civiles, lo que está bien, pero es a todas luces insuficiente como relato.

Podemos

Algo que está en boca de todos y que resumiré recurriendo a los clásicos. ‘Podemos’ ha nacido cuando se daban las condiciones objetivas para ello o, lo que es lo mismo, cuando un estado de ánimo muy extendido lo podía aceptar con total naturalidad. Cuando algo así sucede, se puede perder la ocasión, como otras veces, o aprovecharla. Parece que estos intelectuales de ‘Podemos’ lo tienen claro y van a hacer todo lo necesario para traducir en poder lo que tantas veces se hizo humo. De momento, se dice que incluso en Nafarroa arrasan.