La Columna de José Félix Azurmendi (29.11.2014)

Mario Fernández, biografía y última decisión.

Mario Fernández dimite y se va a su casa cigarrillo en ristre a los setenta y un años, lo que debería ser ya en sí mismo suficiente explicación para tal decisión. De Mario, nombre literario como pocos, recuerdo el debate que tuvo con Rodolfo Martín Villa en televisión española cuando ya se adivinaba la reconducción de aquel Estado de las Autonomías que los poderes reales entendían inaceptable. Era Mario consejero de Trabajo del Gobierno Garaikoetxea, era Rodolfo –otro nombre redondo- ministro ucedeo del Gobierno Calvo Sotelo. A nadie se le escapó entonces, tampoco a la prensa española, que el vasco se comió al castellano, lo que explica que nunca más se repetirían semejantes actuaciones de riesgo en tan público escenario.

Nadie ha puesto nunca en duda la capacidad profesional de Mario Fernández, ni cuando se decantó por EA, ni cuando se alejó de la política, ni cuando se reencontró con el PNV y dio su apoyo al Plan Ibarretxe. Le recuerdo previamente en la Fundación Sabino Arana, siempre con argumentos de fundamento, siempre dispuesto a apostar a su manera a favor de proyectos con más competencias para los vascos. En el descanso de una de aquellas jornadas que organizaba hace años la Fundación a las que nadie le daba la espalda, le recuerdo diciendo algo así como que ‘si el jefe nos saca del cajón un proyecto independentista de fuste, yo me apunto’. El jefe era entonces Xabier Arzalluz.

Imagen de Mario Fernández en la izquierda abertzale

Tiene mucho que ver en ello el papel relevante que ha jugado en la creación de Kutxabank. La izquierda abertzale tiene la impresión de que él es el principal responsable de una política de hechos consumados contra la que ella poco ha podido hacer. Dicen ahora algunos periodistas enterados que la marcha de Mario tiene que ver con que el PNV se hubiera percatado de que las medidas privatizadoras del ex presidente le podían suponer un coste electoral. Dicen los enterados que la gota que colmó el vaso y la paciencia de Mario fue el desmarque público del lehendakari Urkullu.

Yo no estoy entre los enterados. Es más, he tenido la sensación en todo este proceso de que me faltaban datos y capacidad para interpretarlos. No sé si el camino recorrido era el único posible, si Europa lo exigía así, y sólo así. Lo único que me ha quedado claro en este tránsito es que se actuaba con prisas, que no estaba teniendo lugar un debate social suficiente sobre un asunto que afectaba a todos. Unos y otros, por otra parte, deberíamos acostumbrarnos a diferentes maneras de interpretar la vida y los modelos sociales, sin que eso signifique que el otro es un degenerado, un tramposo o un iluso. Tengo la impresión además de que se avecinan tiempos en los que el debate sobre modelos y estrategias va a estar de nuevo presente, tiempos en los que casi nada se vaya a aceptar como irreversible, inevitable, incuestionable. Tiempos más vivos, en definitiva.

Su sustituto en la presidencia de Kutxabank

A Mario le sustituye Goyo, le sustituye Gregorio Villalabeitia Galarraga, un baracaldés de padre vizcaino y madre guipuzcoana de extenso curriculum, graduado en la Comercial de Deusto del padre Bernaola como Garaikoetxea, Almunia, Mario Conde, José Elorrieta…, y crecido en la banca más próxima y en suficientes destinos en el extranjero. La prensa ha destacado, además de los relevantes cargos profesionales tenidos, que es socio del Arhletic y del Baracaldo, y que hizo sus pinitos como futbolista universitario y regional. Gracias a un amigo de su pueblo y edad, he sabido además que formó parte de un trío de música llamado ‘Traidor, Inconfeso y Mártir’ –sí, como el poema de José Zorrilla- que quería imitar a la banda norteamericana Crosby, Stills&Nash, y que lo hacían francamente bien. No me han precisado qué instrumento tocaba.