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Opinión

La columna de José Félix Azurmendi (03/10/2015)

José Félix Azurmendi

Lo que queda por decir de las elecciones calatanas y la extraña fecha de las elecciones generales

Tx. ¿Queda algo nuevo por decir sobre las elecciones catalanas?

JFA. Los analistas, sobre todo los de izquierda, se sorprenden una vez más de la transversalidad del voto allá donde, como en Catalunya y Euskadi, conviven y compiten adscripciones nacionales diferentes, cuando no contradictorias. Ya deberían haber aprendido que existe la lógica de clase y existe la lógica nacional. Se sorprenden de los votos a la CUP en personas de ingresos superiores a la media. Se sorprenden de que gentes de izquierda apoyen a Artur Mas. Se extrañan de que votantes de barrios obreros den masivamente su voto a Ciudadanos. Se decía que no hay nada más tonto que un voto a la derecha de un trabajador, pero no se tomaba en cuenta el sentimiento y la emoción. No les falta razón a los que recuerdan que se presta esto también a la manipulación de las oligarquías en beneficio propio. De estas cosas se escribía mucho hace años en Euskadi, pero ahora solo se escribe de relatos, memorias, víctimas, autocríticas del ajeno.

Tx. Percibo una crítica en tus palabras

JFA. Si el ministro del Interior español no supiera, como todos, que la decisión de ETA de abandonar las armas es irreversible, no sería tan provocador y vengativo. Si el asunto de la memoria, el relato y la autocrítica fueran cuestiones morales y exigencias éticas universales, como se pretende, habríamos tenido noticia hace tiempo de ex dirigentes de ETA responsables del pasado que callan como muertos, cuando no se ponen a la cabeza para exigir a los otros lo que ellos no hacen. Habríamos tenido noticia autocrítica de los torturadores, de los fiscales que miraron hacia otro lado, cuando no colaboraron a ocultar la tortura. Habríamos sabido de los teorizadores y gestores de la guerra sucia y de los que la ampararon. Y no estoy de acuerdo con la directora del Instituto Vasco de la Memoria cuando dice que  “la memoria es conmemoración, pero sobre todo reflexión para que lo ocurrido no vuelva a repetirse”, porque para que se repitiera tendrían que darse las mismas circunstancias que lo propiciaron y a eso no le teme ya nadie. Estaría bien, como propone, que se haga de la memoria un ejercicio de reflexión y aprendizaje, pero le veo yo de momento más pinta de ajuste de cuentas que de ese ejercicio que garantice que las “generaciones futuras no justifiquen ningún tipo de violencia”. Tiene razón cuando dice que no se debe pasar página como si nada detestable hubiera sucedido, pero tampoco hay que extrañarse demasiado de que sean muchos los que no lo vean como su mayor preocupación.

Tx. Ya se conoce la fecha de las elecciones generales y suena rara

JFA. Cualquier fecha de diciembre hubiera sido desaconsejable para una consulta electoral, pero la del 13 parecía la menos mala. Pero no, será el 20. Casi siempre se vota en contra del que está mandando, y esta vez eso será especialmente así entre nosotros. Hace tiempo ya que cualquier expectativa de cambio se viene fiando a que nadie tenga en España mayoría absoluta. ¡Y hay tantas cosas que cambiar!

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