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Actualidad Araba

Araba clausura el invierno con escalofríos

Las bajas temperatura en la última semana del  invierno han llegado acompañadas de algunas noticias que han provocado más de un escalofrío.  

El ataque a un local de Mariturri, donde una Comunidad  musulmana quiere habilitar una mezquita y un espacio de encuentro sociocultural, ha generado todo tipo de condenas y rechazos.

Este barrio, en lugar de ser noticia por el nuevo Centro de Enseñanza Infantil y Primaria, que estrenará después de Semana Santa, se ha visto salpicado por la irracionalidad y el sectarismo. Dos hechos antitéticos: un Centro Educativo y una agresión xenófoba. La mejor repuesta, la de la comunidad escolar; dibujos contra la irracionalidad y la intolerancia.

El  Viceconsejero de Seguridad no se ha andado con rodeos a la hora de calificar lo que el lehendakari- dijo-  le produce vergüenza y perplejidad; Josu Zubiaga ha dicho que se trata de un delito de odio y que, como tal, se perseguirá.

Los hechos guardan, ciertamente, una gran similitud con los ataques registrados hace cinco años en el barrio de Zaramaga. Los promotores de la mezquita entonces, aunque gozaban de todos los permisos, desistieron de su iniciativa, pero en esta ocasión, sin embargo, han anunciado su intención de seguir adelante. Cuentan, además, con el respaldo expreso de la Corporación Municipal, con el alcalde a la cabeza, y de todas  las Asociaciones y movimiento vecinal, con Zabalgana Batuz al frente.

Ha habido dos formas de afrontar este incidente: quienes piensan que son hechos aislados, una gamberrada que no es necesario publicitar o quienes, por el contrario, estiman que se trata de un atrocidad que revela un serio problema. Probablemente sean las dos cosas al mismo y se retroalimentan.

Federico Mayor Zaragoza, presidente de la Fundación Cultura de Paz y ex Director General de la Unesco,  ha alertado esta semana de la aparición inquietante de brotes de xenofobia y discriminación clasista en una Europa desprovista de liderazgo y envuelta en el huracán del neoliberalismo más acendrado. No lo ha dicho evidentemente pensando en Vitoria, pero el tema de los refugiados e inmigrantes calienta la agenda europea, mientras los derechos humanos se congelan en sus fronteras. Tanto contraste gnera escalofríos.

Los responsables de la Ertzaintza y Policía Local han querido esta semana enfriar un ambiente que, con la seguridad como pretexto, consideran que se está calentando artificialmente.

Los informes revelan un descenso  por quinto año consecutivo de  delitos en Gasteiz. Afirman que Vitoria es una ciudad segura o, al menos, los datos evidencian que no lo es menos que en los últimos años. Las voces que alertan del un alarmante incremento de los delitos, según los responsables de esta área en  Ayuntamiento y Gobierno,  pretenden condicionar la percepción del ciudadano con otros intereses distintos a los relacionados con la seguridad.

En el capítulo de la seguridad, pero sobre todo de la sostenibilidad medioambiental, el Ayuntamiento de Zalduondo se ha sumado a la senda, abierta por el municipio de Zuia, hacia un nuevo modelo energético. Ambos han decidido romper sus relaciones con Iberdrola, por la amenaza que supone la central nuclear de Garoña, y apuestan por contar con energía producida de manera sostenible y de origen- cien por cien- renovable. Esta tarde precisamente hay convocada una nueva manifestación con el respaldo de numerosos colectivos e instituciones  alavesas, como las Juntas Generales, contra la reapertura de la vetusta central nuclear. Diputación ha decidido personarse en todos los expedientes sobre Garoña como parte interesada.

Ciento veintinueve millones y medio de euros han aflorado en 2015 en la lucha contra el fraude fiscal en Araba. El IVA y el Impuesto de Sociedades a la cabeza del ranking defraudador. La Hacienda Foral centra sus inspecciones en la ingeniería de empresas que operan en diferentes países o bajo distintas administraciones. La recaudación, por lo demás, en los primeros compases de 2016 está por debajo de lo inicialmente previsto. Es pronto para extraer conclusiones, pero- como decíamos- la última semana del invierno, envuelta en bajas temperaturas, nos ha venido acompañada de noticias que, si no nos han dejado helados,  sí  provocan más de un escalofrío.