La columna de José Félix Azurmendi (19/03/2016)

Tx. Hacía tiempo que se no veían imágenes como las que se han visto esta semana.

Me gustan los estudiantes, cantaba Violeta Parra, y seguramente la mayoría de los estudiantes de hoy no sepa quién fue Violeta ni las razones de su simpatía hacia ellos, como punta de lanza de movimientos y protestas sentidas por la sociedad y el pueblo. Hacía tiempo que no se veían imágenes de estudiantes airados, bastantes de ellos menores de edad, protestando por leyes y medidas que les afectan directamente, y también a la sociedad toda por consiguiente. Huelga y manifestaciones han sido promovidas por Ikasle Abertzaleak, el sindicato mayoritario entre los alumnos, como ha recogido toda la prensa, a ellos por tanto hay que preguntarles, cuando regresen de vacaciones, por qué en unos sitios la movilización recordó demasiado a otros tiempos y modos de triste recuerdo. Deberían ser conscientes los promotores de las movilizaciones de que la mayor parte de la sociedad se ha quedado sin saber qué las han motivado y se han quedado con las pintadas, la destrucción de mobiliario, los tornillos, las pelotas, las barricadas. Cuando vuelvan de las vacaciones y puesto que las nuevas leyes y medidas les afectan de verdad a ellos y a todos por consiguiente, no estaría mal que se dieran a explicar a la sociedad por qué lomces, bolonias y recortes son en efecto cosas de todos, y por qué algunas formas de protesta están desaconsejadas para Iruña, por ejemplo, y no para Gasteiz.

Tx. Ha habido otros protagonismos, en el mundo laboral y empresarial.

Han sido protagonistas esta semana los estudiantes, y lo han sido los trabajadores que ven cómo se cierran empresas y se amenaza su futuro vital y el de sus familias, por culpa de la globalización, la amenaza china y otros cuentos y leyes que se imponen en nombre del mercado y sus reglas. El último análisis de coyuntura de ELA ha hecho balance del año 2015 y ha reconocido una evolución positiva en el crecimiento económico y en el empleo, pero también un crecimiento de la precariedad  laboral y un descenso de la cobertura de las prestaciones por desempleo. Traducido a cifras, hay hoy en la Euskal Herria peninsular 150 mil empleos menos que en 2007 y cien mil personas más en paro que en 2007, y se anuncian nuevos e inminentes cierres, reducciones de plantillas, descolocaciones, en empresas emblemáticas y de gran arraigo en el país. Cuando el tiempo electoral está a la vuelta de la esquina, los partidos políticos tienen aquí los mejores motivos para sus campañas, tienen en éstos los medios de comunicación, siempre tentados por el espectáculo y la frivolización, los más adecuados temas de debate y reflexión.

Tx. Los movimientos en Podemos han merecido atención especial en los medios

Ha sido protagonista Podemos, en boca de todo el mundo esta semana, como si todo el mundo estuviera preocupadísimo por la evolución de sus asuntos. No se sabe bien  lo que pasa en su interior, tal vez no lo sepan ni ellos, pero ha quedado patente para todos la animadversión en forma de preocupación que provocan en los poderes establecidos y sus correas de transmisión. Dicen los ‘ojos de izquierda’ en los grandes medios de la derecha que son unos desmemoriados o unos ingenuos si creen que solo contra ellos se han armado campañas mediáticas de este corte; dicen que deberían recordar la campaña contra la UCD de Suárez y la pinza contra el PSOE de Felipe González, como si los argumentos y destinatarios tuvieran algo que ver entre sí. Habrá ocasión pronto de comprobar a cuántos esta sistemática cacería terminará provocando una instintiva simpatía por los zarandeados.

Los ojos de izquierda, tal vez por vista cansada, no aciertan a explicar que no se trata en efecto de una organización distinta de otras en sus contradicciones. Que lo que es distinta es la sociedad, la manera de comunicarse, la información, los medios, los valores, hasta las expectativas de vida en este mundo que se define como occidental.
Y que en la simpatía con Podemos hay más de desafección a lo conocido que adhesión a lo que está por definir. Ya ha pasado otras veces. Ya ha venido siendo norma que se vote más contra que a favor de algo.