La columna de José Félix Azurmendi (26/11/2016)

Tx. Anunciamos el sábado pasado que hoy hablaríamos del Gobierno

JFA.  Sin sorpresas ni sobresaltos, Iñigo Urkullu fue investido lehendakari en segunda votación el jueves, el viernes se conoció la composición del nuevo Gobierno, y hoy al mediodía jurará el cargo ante el Árbol de Gernika utilizando la fórmula que estrenó hace ochenta años José Antonio Agirre. Como se preveía, se trata de un Gobierno de coalición entre jeltzales y socialistas, a los que se adjudican tres carteras, lo que en principio pareció excesivo atendiendo a su escasa representación parlamentaria. Una mirada más reposada permite concluir que no son las de más relevancia.

Deliberadamente o no, el titular de un diario vasco nada más hacerse público el reparto se prestaba a interpretaciones maliciosas, cuando anunció que “los socialistas tendrán Trabajo, Vivienda y Turismo”. Sobre todo desde Madrid, y la ex dirigente socialista Rosa Díez en términos muy duros, no ha faltado quien defendiera que Idoia Mendia y su equipo han buscado con el pacto blindarse en momentos especialmente delicados para ellos, traicionado principios y fidelidades. Son más los que han respirado aliviados sin embargo, porque cualquier otra alternativa con EH Bildu y/o Podemos les resultaba más preocupante. Han llegado incluso algunos a proponer este acuerdo transversal y dentro de la legalidad constitucional como fórmula y vía para desatascar el impasse catalán. Nadie pone en duda que se trata de un matrimonio de conveniencia y, ya se sabe, son éstos los que mejor superan las pruebas, que no han de faltarles.

Tx. ¿Qué te sugieren sus componentes?

JFA. Sigue en el Gobierno el núcleo duro de Urkullu e incorpora a un hombre templado y curtido en el Congreso español como Pedro Azpiazu, para los asuntos de Economía y Hacienda. Una mujer desconocida para la opinión pública hasta que le tocó intervenir en el escándalo de la prostitución de menores en centros tutelados, Beatriz Artolozabal, será la encargada de un departamento recortado de Trabajo, Empleo y Políticas Sociales. El tercer nuevo nombramiento para las carteras del PNV es el de Bingen Zupiria, que dirigirá Cultura y Política Lingüística: a nadie se le oculta que la designación tiene mucho que ver con su conocimiento de las interioridades de una EiTB a la que la candidata de EH Bildu Maddalen Iriarte, que también las conoce desde dentro, le dedicó una mención especial en su discurso de investidura.

El más previsible de los nombramientos de consejero por parte socialista era el experimentado  ex alcalde de Eibar Iñaki Arriola, que tendrá a su cargo la Planificación Territorial, la Vivienda y el Medio Ambiente. De la que será Consejera de Trabajo y Justicia, María Jesús Carmen San José, se ha dado a conocer que nació en Sestao pero reside desde hace tiempo en Gasteiz, como si se quisiera atender al reparto territorial, y que conoce bien la Administración vasca desde dentro. Ha sido la del politólogo Alfredo Retortillo, brazo derecho de Paco Llera en la Universidad del País Vasco, una elección sorprendente, no por ausencia de méritos profesionales, sino porque no se le conocían vínculos con el Partido Socialista. Tampoco su curriculum invita en principio a verlo como adecuado para  la cartera de Turismo, Comercio y Consumo. Este tipo de sorpresas son de las que provocan a menudo malestar entre  los cuadros de los partidos.

Tx. ¿Qué se puede esperar del nuevo tiempo político en el Parlamento vasco?

JFA. El miércoles se oyeron propuestas de colaboración entre distintos desde todas las direcciones. Se asistió a la consagración de dos portavoces brillantes de EH Bildu. Se oyó más y mejor euskera que nunca, especialmente en las réplicas, en las intervenciones sin papeles, entre Iriarte-Larrion, y Egibar. Se visibilizó el poder y la presencia de la mujer, y la incomodidad de quienes son incapaces de seguir los debates sin traducción simultánea. Se visibilizó también que Podemos-Ahal dugu necesita tiempo para la adaptación y para superar sus vacilaciones. Quedó en evidencia el menguado peso parlamentario del PP.

Creo que se puede afirmar que el nuevo Parlamento vasco va a tener mucho trabajo en asuntos concretos que le llegarán desde la calle. Creo que se puede esperar para este nuevo Parlamento un interés mayor que para los precedentes por parte de la sociedad. Que es desde luego lo mejor que le puede pasar.