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Crónica de Araba
Deportivo Alavés y Garoña fusionan el núcleo de la actualida
La posibilidad de que la central nuclear de Garoña pueda reanudar su actividad y la clasificación del Alavés para la Final de Copa se han fusionado esta semana en el núcleo de la actualidad de Alava
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2:40 min
La onda radioactiva de estas dos noticias ha relegado al capítulo del recuerdo y efemérides el tenso debate sobre la cuestión de confianza en con que se abrió la semana en el Ayuntamiento.La voracidad de la agenda fagocita acontecimientos de forma insaciable. Los Goya lo venían pronosticando; con Tarde para la Ira premiaron un guión, adaptable al ámbito municipal, y los galardones a la dirección y montaje de Un Monstruo Viene a Verme constituyeron la metáfora perfecta a la decisión, no por anunciada menos temida, del Consejo de Seguridad Nuclear.
La vetusta Central de Santa María Garoña se ha convertido en el ogro que mayores rechazos concita entre todas las fuerzas políticas y sociales de Araba. La central burgalesa, hermanada por su reactor con Fukushima, es la más vieja del Estado y su persistencia genera una nube tóxica de preocupación.
Todos dirigen sus miradas críticas al Partido Popular que se encuentra incómodo en este debate. Su máximo representante institucional en la Comunidad Autónoma Vasca, Javier de Andrés, se ha adelantado a decir que Garoña no se abrirá, pero, superado el dique de contención del CSN, la decisión queda en manos del Gobierno de Rajoy. Ahora serán razones políticas y económicas las que entren en juego.
El aval de Garoña no sólo abre las puertas de la central situada en el corazón del valle de Tobalina, sino que es una vía de crédito para las centrales que le siguen en el ranking de avanzada vejez y se resisten a la jubilación.
Lo que no ha podido detener el Consejo de Seguridad Nuclear es que el uranio enriquecido albiazul revolucionara el ciclo termodinámico en el pasado de Cervantes. Mendizorrotza fue la vasija central donde se turbinaron las aspiraciones de conquistar una plaza en la Final de Copa.
Los neutrones de Pellegrino desactivaron la masa crítica de un Celta que venía de enviar a todo un R. Madrid al cementerio del torneo del KO. Las energías renovables del graderío generaron la potencia térmica determinante que empujó a los albiazules hasta el gol de la victoria y ofrecieron con su aliento la refrigeración necesaria para defender la ventaja hasta el último suspiro. La fusión perfecta.
Equipo y afición se encuentran ahora a la espera de conocer el escenario de la final donde la radioactividad alavesista intentará una conquista inédita. Mientras tanto en Mendizorrotza la visita de los azulgranas esta tarde en la cita liguera es un aperitivo inmejorable, que llega en un gran momento. El síndrome albiazul está activado.