Cerrar

alguien te está escuchando

Sabatina

La columna de José Félix Azurmendi (04/03/2017)

Reflexiones sobre los acontecimientos de la última semana: aniversario de la masacre del 3 de marzo

Tx. Un año más, Gasteiz ha recordado la masacre del 3 de marzo

JFA. Le oía ayer a un representante del PP en la tertulia de Klaudio Landa lamentarse de la insistencia en hablar de los muertos del 3 de marzo en Gasteiz y pasar por alto que existen 300 asesinatos posteriores sin esclarecer que a nadie parecen importar. Yo no creo que haya trescientos casos de muertes ni muchos menos atribuibles a ETA sin esclarecer, pero si los hubiera no sería porque las instituciones del Estado así lo hubieran querido. En la misma tertulia, el representante de la izquierda abertzale recordó que esta misma semana ha sido traído desde México un ex militante de ETA acusado de atentados mortales apenas unos días antes de que su atribuida responsabilidad prescribiera. Los únicos casos que se me ocurren que hubieran podido beneficiarse de la más o menos consentida desidia oficial son los que el abogado Juan María Bandrés negoció con el ministro Rosón en nombre de los polimilis que habían decidido abandonar la lucha armada. En todo caso, los que piensen como el representante del PP deberían preguntarse por qué aquí, todo el mundo, y son palabras suyas, está más interesado en recordar la masacre del 3 de marzo de hace 41 años que en esclarecer 300 asesinatos posteriores. La respuesta podría ser muy inquietante para ellos.

Tx. ¿Por qué esa resistencia a reconocer lo evidente por parte del Gobierno español?

JFA. Lo evidente es que la Policía gubernativa, siguiendo instrucciones de sus superiores, entró a sangre y fuego en una iglesia en la que se habían refugiado manifestantes obreros pacíficos y desarmados y que, en esta ocasión, hay pruebas sonoras e irrefutables de ello. Los que ayer salieron a la calle, un año más, recordaban que la verdad, la justicia y la reparación no prescriben. Afirmaban que la sombra del franquismo sigue siendo muy alargada y que los jueces se agarran a las leyes de la dictadura para contravenir la legislación internacional en materia de derechos humanos imprescriptibles. El alcalde Gorka Urtaran, en nombre  de la ciudad, ha pedido por escrito a Rajoy el reconocimiento debido a las víctimas, le ha emplazado a pedir perdón en nombre del Estado, le ha exigido que se depuren responsabilidades.

El Gobierno central y el partido que lo sostiene hacen como que todo aquello no tiene nada que ver con ellos, que el asunto ya ha quedado saldado en todas las instancias, al mismo tiempo que se querella contra presuntas injurias a Carrero Blanco, homenajea a ilustres representantes de la dictadura y subvenciona el Valle de los Caídos. Decía ayer el representante del PP en la tertulia de Klaudio Landa que él nació a los pocos días de morir Franco y que su familia no era franquista, que tuvo un tío en la cárcel por antifranquista, y aparecía sorprendido de que se les pidieran cuentas por causas y casos tan ajenos y lejanos. Una vez más, para entender y explicar muchas cosas todavía hoy, es obligado recordar que aquella transición de la dictadura a la democracia no fue tan modélica como se pretendió y que, en efecto, la sombra de los vencedores de la guerra del 36 es muy alargada.

Tx. La semana ha tenido otras cosas

JFA. En la semana se ha hablado mucho de presos, juicios, condenas y fianzas. Se ha resuelto de manera provisional el drama de una niña de tres años apuñalada por su padre para vengarse de su madre, se ha demostrado que las movilizaciones de calle unidas a las gestiones institucionales, en este caso del ayuntamiento de San Sebastián, pueden presionar para dar salida a reclamaciones de la sociedad.

En esta semana, también se ha dado tierra en Loiola a los restos de un hombre nacido en Aretxabaleta hace más de noventa años, con una larga vida de jesuita por todo el mundo, siempre comprometido con la sociedad, siempre discretamente atento  a los problemas de los demás. El domingo se despidió a Valentín Bengoa, la persona más influyente a título individual del influyente ELA de las últimas décadas. Nada humano le fue ajeno, nunca pidió nada para él. Bien merece que esta sociedad le recuerde.