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Opinión

La columna de José Félix Azurmendi (28/10/2017)

Reflexiones sobre los últimos acontecimientos de Catalunya y el acuerdo entre tabajaodres y patronal en las Residencias de Bizkaia

Tx. Hoy no va a ser el último día que hablemos de Catalunya en esta crónica

JFA. No va a ser ni el primero ni el último, por eso que hoy quiero empezarla con un asunto diferente, que pasará con mucha discreción en los grandes medios de comunicación pero que tiene una profunda significación. Tras más de un año de movilizaciones constantes, las trabajadoras de las Residencias de Bizkaia han arrancado un acuerdo satisfactorio a sus patronales. Lo logrado es importante en primer lugar para las afectadas, pero también para el resto de trabajadoras y trabajadores, porque muestra un camino, porque desmiente esa idea de que este tipo de lucha hace sufrir y no consigue nada. En esta larga andadura, las mujeres de verde se han visto acompañadas sobre todo por ELA, la central sindical más importante de Euskal Herria, necesitada ella también de culminar con éxito un modelo de reivindicación muy cuestionado. Eran tres las patronales convocadas, con distintos orígenes y filosofías; lo era también indirectamente la Diputación de Bizkaia, y pronto serán las otras, empezando por la de Gipuzkoa, toda vez que las mujeres de verde se han despojado de sus camisetas y las han hecho llegar a sus vecinas.

Tx. ¿Se puede decir que de Catalunya saldrá también un modelo?

JFA. Nunca antes, ni en Europa ni en ningún otro lugar, un movimiento tan pacífico, tan masivo, tan transversal había llevado su determinación tan lejos. Seguramente no se coronará con éxito, si se entiende por ello que no se colmarán todas sus reivindicaciones en esta ocasión, pero lo andado muestra un camino, certifica un modelo, desautoriza a los que, inspirados por los ejemplos históricos, defienden que la soberanía nunca se gana sin sangre. Interpelado por una televisión española, Lluis Llach lo ha reconocido con claridad al responder que saben que ahora llega lo más duro para sus aspiraciones, que son conscientes de que España tiene la fuerza para impedirles implementar –este es el verbo que ha usado- la república catalana, pero son conscientes también de que lo hecho favorecerá que sea implementada por sus sucesores.

Para desacreditar al president Puigdemont se dijo y repitió en su jueves de pasión que había llevado al desastre a sus seguidores al proponerles un camino insensato e inviable, olvidando y obviando que el camino no lo propuso él, sino que le vino dado desde una poderosa y transversal movilización social. No se harán esperar las investigaciones que estudiarán el novedoso papel y liderazgo que han jugado las asociaciones civiles en el proceso catalán. Que sus cabezas más visibles hayan sido las primeras en parar en la cárcel no debe tomarse como casual.

Tx. La respuesta del Gobierno español  a la declaración de la república catalana no se ha hecho esperar

JFA. El Senado español ha dado el visto bueno a la propuesta de Rajoy aprobando el artículo 155 y el presidente español ha anunciado la puesta en marcha de toda una batería de medidas ya anunciadas -salvo la que se refería a los medios de comunicación de titularidad pública-, acompañada de una convocatoria de elecciones en Catalunya para el 21 de diciembre. A la prensa española le ha parecido una jugada maestra para restablecer a la mayor brevedad la normalidad, dando por supuesto, tal vez precipitadamente, que salvo la CUP todos los demás partidos concurrirán.

En los días que siguen se conocerá cuántos de los disueltos y cesados por las medidas de la Administración española y su Justicia terminarán además en prisión provisional. A los expertos consultados sobre la marcha por la prensa española no se les escapa que unas elecciones con buena parte de los líderes soberanistas en prisión difícilmente pueden venderse como democráticas y contribuir a la normalización. José Antonio Zarzalejos, que ha reconocido haberlo consultado antes con un magistrado del Supremo, ha adelantado una solución posible: que estén presos, pero que su condena no sea firme, lo que les permitiría presentarse como candidatos. Vienen tiempos duros y arriesgados. Todos los dirigentes independentistas consultados al respecto insisten en que las respuestas de resistencia deben ser pacíficas, sin caer en provocaciones, que no han de faltar.

Para terminar, el lehendakari Urkullu, que medió sin éxito entre Madrid y Barcelona, sale pasado mañana a Quebec y Canadá. La nota oficial habla de oportunidades en el ámbito de las relaciones institucionales, y acuerdos culturales y económicos. La nota añade que Escocia y Quebec constituyen un modelo de conciliación del principio de legalidad y el democrático, a través de una consulta legal y pactada que -se deduce- es la que el Gobierno vasco quiere para Euskadi. Con el modelo catalán todos hemos sabido, una vez más, que solo reconociendo como sujeto político a las naciones sin Estado que lo reclamen es eso posible, que es, en definitiva, la madre del cordero.