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Opinión

La columna de José Félix Azurmendi (02/12/2017)

Reflexiones sobre la actualidad de la semana: Catalunya y la política de dispersión de los presos de ETA vista por Madrid o París

 

Tx. Hemos entrado en diciembre y en el invierno de manera abrupta

JFA. En los años de plomo, las nevadas copiosas y tempranas eran recibidas con satisfacción en los medios de comunicación porque permitían salirse del monotema de la violencia y sus efectos, y cumplir con el rol de servicio para la comunidad que, muy especialmente los audiovisuales, desempeñan en estas ocasiones. Las nevadas, las granizadas, los chaparrones de estos días están sirviendo para poner el foco en lo que a todos importa y afecta, desplazando a un segundo plano los temas estrictamente políticos, algunos de ellos muy repetitivos y tensionantes. Pero los efectos de la borrasca son siempre aquí materia provisional, y pronto volveremos a centrarnos en Catalunya, en derredor de la que se están oyendo cosas muy preocupantes que a todos nos afectan.

Un mes después de su detención, los dirigentes independentistas catalanes están pasando  un fin de semana más en la cárcel, cuando todo hacía presumir que salieran en libertad bajo fianza una vez trasladado su caso al Tribunal Supremo. Hace ver el juez que se ocupa del caso que necesita unos días más para formalizar su decisión, como si algo de lo declarado por los imputados le hubiera sorprendido. La cabecera de Vocento en Madrid no ha necesitado esperar a su dictamen para afirmar que tuvieron la desfachatez de compararse con Nelson Mandela, que permaneció 27 años en prisión, y ellos no han aguantado ni un mes. Mintieron a los catalanes –ha escrito en su editorial de ayer- y ahora al juez, convirtiéndose en prófugos unos, y en renegados los otros. También otros diarios madrileños han arremetido contra los dirigentes independentistas, pero ninguno supera al ABC, que se tiene por serio y profesional.

El tono airado utilizado por todos ellos da por supuesto que Junqueras y los demás han reculado al acatar la Constitución y comprometerse a respetar las normas vigentes, pero que lo hacen formal y mentirosamente para salir a la calle. Dan por exigido y aceptado que en adelante ejercerán la política dentro de las reglas de la Constitución, exigencia que es especialmente grave cuando la campaña electoral ya ha arrancado en Catalunya, y deja al descubierto el concepto que se tiene de la libertad para defender pacífica y democráticamente cualquier opción política. El lehendakari Ibarretxe lo ha denunciado enfáticamente en el Palacio Europa de Gasteiz con ocasión de la presentación del libro de Jaume López “El derecho a decidir, la vía catalana”, por él prologado.

Tx. Los presos de ETA están de nuevo en las portadas estos días

JFA. Ha dicho el Secretario de Instituciones Penitenciarias Ángel Yuste que la dispersión y el alejamiento de los presos de ETA han dado buenos resultados, al mismo tiempo que reconoce que solo el 1 por ciento de ellos ha reincidido en la actividad terrorista. Ha defendido la vigencia de esta política en que la organización sigue controlando a los reclusos. La reflexión del titular de la cosa no es ajena a los movimientos que se están produciendo ante la Administración francesa y a sus modestos gestos en favor de los derechos de los presos. Sostiene Jonan Fernández que no es previsible que Francia adopte en esta materia medidas distintas de las de España, sugiere que nada se va a conseguir con movilizaciones como la que va a congregar en París este fin de semana a miles de manifestantes que reclamarán el fin de unas medidas de excepción cuya inutilidad y crueldad son especialmente evidentes una vez desparecida la actividad de ETA. Tiene razón Jonan Fernández si lo que quiere decir es que la movilización social por sí sola no va a resolver el problema y que las Administraciones española y francesa no se van a conmover por el inédito espectáculo de miles y miles de vascos desfilando pacíficamente por las calles de París. No se van a conmover y mover, pero no van a faltar voces relevantes de la intelectualidad y política gala que se hagan eco de ello.

Tx. ¿Te parece que hay más sensibilidad en París que en Madrid para estas cosas?

JFA. Sin duda. Hay pruebas de ello. Tal vez porque están menos presionados por el pasado de ETA y tal vez también porque nunca han faltado en círculos intelectuales, universitarios, artísticos, desde Sartre hasta hoy, quienes se interesen y solidaricen con causas que entienden justas.  Entre quienes han mostrado ya su apoyo no faltan incluso ex ministros y jueces, algo inimaginable en esos mismos círculos en Madrid. Una vez más, el relato de lo que ha sucedido por aquí lo terminará haciendo, como en el pasado, un historiador inglés o un sociólogo parisino, que son los únicos que pueden garantizar un estudio desapasionado que explique la transición, la Constitución del 78, el comportamiento de los partidos políticos, sindicatos y movimientos sociales desde entonces hasta nuestros días. Y también la historia de ETA, sin apologías ni autocensuras