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Crónica de Euskal Heria

José Félix Azurmendi, sobre el 14 de abril, el 'procés' y Demokrazia Bai

La actualidad de la semana, en la colaboración de cada sábado de José Félix Azurmendi.

  • 7:59 min
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Tx. Entre otras cosas, hoy, 14 de abril, es el día de la Segunda República Española

JFA. No es el de hoy un día cualquiera, y no porque sea aniversario de la Segunda República Española o porque haya sido el día en que hemos oído una declaración de guerra internacional  en boca del presidente más impresentable de la nación más armada del mundo, sino por la prevista movilización de esta tarde en Iruñea a favor de los jóvenes procesados de Altsasu y, en definitiva, a favor de todos nosotros. Lo que está en juego en el juicio del próximo lunes en la Audiencia Nacional de Madrid no es solo la justicia para los ocho de Altsasu, sino para todos los súbditos de esta monarquía viviendo momentos de excepción. La sociedad e instituciones navarras se han plantado y esta tarde van a inundar la calle, seguramente con la mayor manifestación de su historia. Lo que está sucediendo con este caso es escandaloso hasta para quienes hemos convivido con otros excepcionales. Y con toda seguridad así será aceptado y sentenciado en instancias internacionales y de derechos humanos, pero lo que nadie habrá evitado es el año y medio que han vivido ya los encausados, tres de ellos en prisión, a la espera de lo que depare el tribunal el lunes.

Se preguntaba el teniente general Andrés Cassinello, aquel hombre que sabía más que nadie de asuntos que era mejor a su decir que no se supieran, en una de las escasas entrevistas que concedió, para qué querrían un demócrata en la Guardia Civil, puesto que se trataba de una parte del Ejército alquilada al Ministerio del Interior (sic). Lo he recordado a propósito de lo que estamos viviendo y del insistente recurso a esta parte del Ejército alquilada en la pretendida defensa de las instituciones democráticas. He pensado también en el flaco favor que se está haciendo a los propios guardias civiles y las familias que aspiren a vivir de manera amable y normalizada mientras estén destinados entre nosotros. Ya hubo en Navarra un mando del Cuerpo fiel a la República, el comandante José Rodríguez Medel, y lo pagó con su vida el mismo día de la sublevación de 1936. Ya hubo otro que en los días siguientes a los sucesos de Altsasu declaró, tratando seguramente de evitar lo que venía,  que la relación de sus hombres con este pueblo era buena. Seguro que no lo veremos como testigo de la defensa, como tampoco estarán otros que no han sido aceptados para privar a la versión oficial de cualquier inconveniente. No será la última vez que hablemos de este asunto, convertido en caso.

Tx. ¿Algo nuevo en relación con el procés catalán?

JFA. Entre escándalo y escándalo, el más reciente el que ha conmovido los cimientos y la credibilidad de una Universidad ya antes observada, el proceso de Catalunya hacia no se sabe muy bien dónde sigue ocupando titulares en la prensa más cercana y en la más alejada. Como se preveía, ayer no se pudo celebrar el acto de designación de president porque el juez que se ocupa de estos asuntos no autorizó al candidato a estar presente ni arbitró otra fórmula que hubiera hecho posible la materialización de la voluntad mayoritaria de los catalanes. A estas alturas del proceso parecen ser los menos catalanistas, y también algunos líderes nacionalistas vascos por otros motivos, los que más suspiran por la pronta designación de alguien que no esté impedido por sus obstáculos judiciales. Entre sus argumentos no faltan los que defienden que eso es lo mejor hasta para los propios nacionalistas catalanes.

En la entrevista que el otro día le hizo Jordi Évole a Felipe González, el ex presidente comparó sin sonrojarse a Carles Puigdemont con el capitán del crucero Costa Concordia que abandonó subrepticiamente su barco mientras se hundía y se cobraba 23 vidas. No es el único empeñado en manchar la imagen del president lo que puede dar una idea de lo que su figura molesta a unos y agrada a otros, y del acierto de su decisión al irse del país. No acaba uno de acostumbrarse a tanta bajeza, a pesar de que deberíamos estar suficientemente advertidos de lo que son capaces de hacer, decir y callar personajes como el entrevistado.

Tx. ¿Qué cabe esperar de la paltaforma Demokrazia bai que se conoció ayer?

JFA. Ayer se presentó entre nosotros una plataforma que quiere lanzar una voz de alarma por lo que está sucediendo y fomentar la esperanza de que otro panorama es posible, bajo el nombre de Demokrazia bai. Entre las setenta firmas iniciales, nombres muy conocidos de la política y la cultura vascos que comparten la preocupación por la situación política y la necesidad urgente de regeneración democrática, apostando por nuevas mayorías, plurales y transformadores. En el texto leído ayer en la Facultad de Filosofía y Ciencias Educativas de la UPV de Donostia en presencia de buena parte de los firmantes se hizo  hincapié en que el sistema español revienta por todas sus costuras al hilo del procés catalán y lo hace ante dos posiciones antagónicas de la sociedad: ultrarradicalismo de apoyo a la involución del Estado y anestesia generalizada en cuanto a pensamiento crítico.

No es difícil compartir el diagnóstico y las aspiraciones. Para su mejor y más rápida  socialización, le vendrá bien que los medios de comunicación españoles manifiesten airados su escándalo al reparar que entre los signatarios se incluyen nombres de personas condenadas por etarras. Con seguridad, no se harán esperar.