Cerrar

alguien te está escuchando

Crónica de Araba

El reto que deja la violencia machista

Jesús Barredo

La trágica noticia de ayer, el asesinato machista de dos mujeres en Vitoria, llega al día siguiente del reconocimiento otorgado al Valle Salado de Añana.

  • Foto: EiTB.

    Foto: EiTB.

    3:16 min
imagen player
imagen player
imagen player

Los tardíos brotes primaverales a los que hemos asistido esta semana, por la prolongación del invierno, parecían proyectarse también en la actualidad con noticias confortables, hasta que a las once y veinticinco de la mañana de ayer, viernes, se detuvieron los relojes. La Corporación Municipal vitoriana, reunida en Pleno, se veía en la necesidad de suspender la sesión cuando al teléfono del concejal de Seguridad Ciudadana, Carlos Zapatero, llegaba noticia de una tragedia. Primero era una mujer, y luego dos, madre e hija, las que resultaban muertas por arma blanca, víctimas de un nuevo episodio de violencia machista. El presunto autor, inicialmente atrincherado ene l interior de la vivienda, situada en el número 6 de la calle Julián Arrese de Lakua-Arriaga, prendía fuego a la vivienda y se arrojaba instantes después desde la ventana de un octavo piso, yendo a parar a la colchoneta quitamiedos, desplegada por los bomberos, para ser trasladado acto seguido a un centro hospitalario.

La consternación por el doble crimen inundó el ambiente en todos los ámbitos de la ciudad, y desbordó las agendas de medios, organismos e instituciones. Condenas, denuncias y concentraciones de repulsa otra vez en la portada de una nueva jornada de luto, ante la persistencia de una lacra que vive instalada en la sociedad.

Con este duelo ensombreciendo la actualidad, pasa a un segundo plano, ene l ámbito local, el galardón de Sistema Importante de Patrimonio Agrícola Mundial, obtenido por el Valle Salado de Añana 24 horas antes de este trágico acontecimiento. El diputado general, Ramiro González, acompañado por el titular de Agricultura, Eduardo Aginako, y por el director gerente de la Fundación, Andoni Erkiaga, recogía este distintivo, equiparable a los de la Unesco, el primero de esta naturaleza en Europa.

"He visitado 75 países en el mundo donde se produce sal, pero no he visto en ninguno algo así"

Estas fueron las palabras del evaluador de la FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y profesor de la Universidad de Florencia, Mauro Agnoletti, cuando salió de visitar las Salinas de Añana.

Este valle de oro blanco, situado a treinta kilómetros de Vitoria-Gasteiz, es un patrimonio único en todo el mundo, con un sistema de producción ininterrumpido durante siete mil años, gracias a trabajo de generaciones de salineros.

La satisfacción por este tipo de reconocimientos supone una recompensa para quienes en esta comarca alavesa trabajan y viven identificados con este proyecto, y supone, además, nuevos e ilusionantes retos de futuro.

También el trágico suceso de violencia machista nos recuerda que, después de mostrar el dolor y la solidaridad, llevamos como las Salinas de Añana, más de siete mil años con asignaturas pendientes y retos por afrontar en el ámbito de la igualdad entre hombres y mujeres, y, especialmente, ene l terreno de la violencia que el hombre ejerce sobre la mujer. Y desde ayer, uno más en concreto; además de las dos últimas mujeres muertas, hay otras dos víctimas: un niño y una niña de diez y seis años, respectivamente. ¿Será capaz esta sociedad de darles un futuro de vida radicalmente distinto al que hoy están sufriendo?